Quiero referirme a esta metáfora que encontré en redes sociales hace algunos días:
Sin profundizar mucho en su origen (aquí un par de referencias de 2015 y 2018), al parecer proviene de Pam Allyn, una experta en innovación educativa y motivación: leer y escribir no pueden separarse, leer es inhalar y escribir es exhalar... son dos procesos complementarios.
Suponga que inhala o aspira aire pero no lo exhala. Inténtelo por
unos minutos, varias veces... !No se pueden separar¡ Algo similar sucede con el ejercicio de
leer sin escribir, similar, también, al ejercicio de aprender sin compartir lo aprendido o enseñarlo.
Y es que sobre estas dos actividades humanas (la lectura y la escritura) hay mucho material para leer y escribir. Por ejemplo: (i) El poema de Borges que inicia diciendo "Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído". (ii) Un artículo donde se afirma que "con Borges la literatura se convierte radicalmente en la escritura de una lectura y en la lectura de una escritura". (iii) El libro ¿Por qué escribo? de Dario Botero Uribe donde aparecen frases como "...escribo para comunicarte que excepto por tu mirada, todo lo he aprendido en los libros...". (iv) Esta infografía sobre los hábitos de los escritores famosos. Y, como no hay quinto malo, (v) esta entrevista a Hector Abad Faciolince sobre su libro más reciente "Lo que fue presente", basado en sus diarios y escritos no publicados...
Esa entrevista a Hector Abad me recordó los diarios que solía llevar con mucha frecuencia hace 25 años y que con el tiempo fui dejando. Hoy por hoy mis diarios se convirtieron en notas sobre lo que leo, que después uso para escribir en mis blog. Y entonces recuerdo, también, que con frecuencia la gente me hace dos preguntas ¿por qué siempre tiene un libro con usted? ¿está leyendo ese libro? Y mi respuesta suele ser, no lo estoy leyendo, estoy escribiendo en mi blog sobre el libro, según mi libreta de notas de lo que he leído...
Definitivamente esa metáfora resultó bastante interesante y hermosa, es imposible separar la lectura y la escritura... Y por estos días llenos de tecnología e inmediatez, pienso que nuestra respiración es agitada, vamos leyendo y escribiendo a ritmos acelerados en todas las redes sociales. Muchos suspiros o gritos por minuto en Twitter, Facebook WhatsApp y todos los medios posibles. Suspiros y gritos permanentes hasta que nuestro yo más interior nos escucha, se apiada de nosotros y escribe algunos párrafos para liberarnos...
Esa entrevista a Hector Abad me recordó los diarios que solía llevar con mucha frecuencia hace 25 años y que con el tiempo fui dejando. Hoy por hoy mis diarios se convirtieron en notas sobre lo que leo, que después uso para escribir en mis blog. Y entonces recuerdo, también, que con frecuencia la gente me hace dos preguntas ¿por qué siempre tiene un libro con usted? ¿está leyendo ese libro? Y mi respuesta suele ser, no lo estoy leyendo, estoy escribiendo en mi blog sobre el libro, según mi libreta de notas de lo que he leído...
Definitivamente esa metáfora resultó bastante interesante y hermosa, es imposible separar la lectura y la escritura... Y por estos días llenos de tecnología e inmediatez, pienso que nuestra respiración es agitada, vamos leyendo y escribiendo a ritmos acelerados en todas las redes sociales. Muchos suspiros o gritos por minuto en Twitter, Facebook WhatsApp y todos los medios posibles. Suspiros y gritos permanentes hasta que nuestro yo más interior nos escucha, se apiada de nosotros y escribe algunos párrafos para liberarnos...
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