En la Feria del Libro de Bogotá de 2016 el país invitado fue Holanda. En esa feria compré dos libros interesantes sobre el cerebro y, en general, sobre el sistema nervioso y la salud mental. En la pasada navidad leí uno de ellos, sobre el cual quiero escribir un poco: Cuando el cerebro envejece del neurocientífico André Aleman.
Nacemos, crecemos, envejecemos y morimos. Es el proceso natural de la vida. Mucho se ha investigado, escrito y resuelto sobre el envejecimiento de nuestro cuerpo (el hardware), pero muy poco sobre el envejecimiento mental (el software). El autor se preocupa por este tema y en ocho (8) capítulos explica detalles relevantes en un lenguaje sencillo y claro.
Una de las justificaciones para estudiar este tema es la cantidad de personas que nacieron durante el baby boom o explosión de natalidad, justo después de la Segunda Guerra mundial. Estas personas ya alcanzaron o están alcanzando la edad para jubilarse (algunos sin los beneficios ni el apoyo económico por parte del gobierno). Puesto que la expectativa de vida ha aumentado, el planeta tiene una gran cantidad de personas mayores cuyo cerebro está envejeciendo (aunque a algunos se los ha llevado esta pandemia que nos atormenta).
Nuestra conducta es un reflejo de nuestra mente y esta es
producto del cerebro y su interacción con el entorno, a través de los sentidos. El cerebro es un hardware complejo, conformado por
neuronas que se comunican mediante impulsos eléctricos y químicos. Y
esa actividad electroquímica depende mucho de nuestra genética, de lo
que comemos, de nuestra actividad física y mental, del sueño (o buen
dormir), del contexto social y de la edad.
Pero, el cerebro se degrada al envejecer, como cualquier otro órgano del cuerpo y esto afecta las funciones cerebrales, la mente, el comportamiento y se tienen muchas dificultades, como la pérdida de memoria y la lentitud. Aunque no todo es malo. Con el envejecimiento llega la sabiduría que dan los años. ¿Qué estamos haciendo por ellos, por los más sabios? Un primer comienzo es conocer y este libro nos ilustra y nos guía al respecto.
Capítulo 1: Todo va tan rápido: Cómo cambian nuestras capacidades mentales
Una simplificación de la mente nos lleva a dos niveles de capacidades mentales: el nivel inferior o básico, que corresponde a la memoria, la concentración (atención), la observación y el pensamiento, la capacidad de pensar, de razonar, incluyendo la velocidad con que lo hacemos. Un segundo nivel es llamado ejecutivo, consecuencia del primer nivel, que corresponde a la capacidad de planear, controlar, ejecutar, abstraer y pensar a más alto nivel, incluyendo el aprender.
Una de las principales pérdidas cuando envejecemos es la memoria. Aunque técnicamente nada se borra de nuestro disco duro, al envejecer se hace más difícil recuperar información. Por eso los olvidos son cada vez más comunes, a menos que ejercitemos la memoria.
Pero "la memoria es un término engañoso" dice el autor. Pues hay muchos tipos de memoria y no todos se pueden ejercitar y controlar y algunos se pierden irremediablemente al envejecer o cuando enfermamos mentalmente. La siguiente figura es un resumen que hice de los tipos de memoria que menciona el libro, complementado con otras lecturas:
Sin profundizar teóricamente ni entrar en detalles, en general se puede hablar de tres grandes clasificaciones de la memoria: (i) Al considerar la variable tiempo, por su duración, que tieme dos tipos claves de memoria, de corto y largo plazo, además de la memoria de trabajo y la memoria de los sentidos. (ii) Al considerar el estado de la conciencia se tienen dos tipos, la explícita y la implícita. (iii) Al considerar lo que se memoriza se puede hablar de verbal, visual, auditiva, emocional, etc.
A su vez, la memoria de largo plazo puede ser declarativa o procedimental, que yo las relaciono con las ideas de conocimiento explicito y tácito. Y la memoria declarativa puede ser semántica (conceptos, lo abstracto) o episódica (hechos, lo concreto), lo que incluye la memoria autobiográfica. Aquellos que recordamos muchos detalles de nuestra vida, incluso de la infancia, tenemos una gran memoria episódica y autobiográfica, que mezclada con la memoria semántica nos hace muy parecidos a Funes el memorioso...
Los investigadores en neurociencia, psicología, psiquiaría y otras áreas han desarrollado muchas técnicas y mecanismos para medir la memoria, la concentración, la velocidad mental y todas las funciones mentales. La memoria es la más estudiada, precísamente por su complejidad, además de su relación con el aprendizaje. Y los estudios indican que la memoria se afecta con el tiempo, empieza a reducirse o a envejecer lentamente desde los veinte (20) años. Entonces no es en vano el gusto por el bambuco Yo también tuve veinte años del colombiano José Alejandro Morales.
A continuación comparto tres (3) gráficas interesantes del libro sobre el desempeño de la memoria, la velocidad mental y el vocabulario.
Según estas gráficas, el popular refŕan de "loro viejo no aprende a hablar" es equivocado para el cerebro humano, pues la curva del vocabulario aumenta con los años y no decrece mucho al final. Pero al envejecer si es cierto que olvidamos y nos hacemos lentos. Como en la canción de Piero "ahora ya caminas lento"... [y piensa lento] "como perdonando el viento" [y como perdonando el tiempo]...
Otra habilidad que se pierde es la flexibilidad mental. Esta habilidad nos permite cambiar rápidamente de contexto en nuestra mente. Por ejemplo, pasar de letras a números y de allí a colores, formas, texturas, etc. La flexibilidad se relaciona mucho con la memoria y la velocidad mental y se puede ejercitar desarrollando pasatiempos mentales en conjunto con actividades físicas y relaciones sociales.
En general, al envejecer nuestro cerebro se degrada y se reducen o perdemos lentamente nuestras funciones mentales básicas, como la memoria, la concentración, la observación (con todos los sentidos), la velocidad, el pensamiento y, en consecuencia, se reduce y perdemos nuestro yo (el mito del yo de Llinás), nuestra mente... Debemos asumir una actitud positiva (complicado en estos tiempos de pandemia y enfermedades mentales) y procurar hábitos físicos, mentales y sociales que nos permitan cultivar nuestra mente y enfrentar mejor la inevitable vejez. En general, debemos comer bien, dormir bien, ejercitarnos mucho, mantenernos ocupados y, ojalá, estar acompañados...
Capítulo 2: Un ánimo tranquilo: Por qué las personas mayores son emocionalmente más estables
Mientras el primer capítulo estaba centrado en las funciones cerebrales y el intelecto, este segundo capítulo trata sobre la personalidad, las emociones, la felicidad y el sentir que al envejecer se logró un balance en la vida. Hay una cita de Donald Sturrock sobre su percepción de la vejez:
"Una especie de serenidad desciende sobre mi como una cálida niebla. Se ha acabado la lucha. Cada movimiento se vuelve lento. Tengo todo el tiempo del mundo. No hay prisas. La lucha interminable por lograr algo excepcional ha acabado"
Existe el estereotipo equivocado de que al envejecer nos volvemos malhumorados, gruñones y nos quejamos por todo. Pero es todo lo contrario. Al envejecer nos volvemos más optimistas y positivos y más felices y sabios. En especial si durante nuestra vida hemos logrado un balance entre nuestros propósitos y nuestros logros reales.
Una condición común de la personalidad en el mundo moderno es el neurocitismo, una especie de estado emocional desordenado, desesperación, inconformidad, depresión, ansiedad, estrés, etc. Y no es una condición de la vejez, todo lo contrario, con la vejez nos hacemos emocionalmente más estables, más serenos y buscamos más la felicidad.
Las emociones tienen una relación íntima con el cerebro y el contexto social en que vivimos. Hay que sentirlas, expresarlas, hablar sobre nuestras emociones, pues pueden afectar nuestra mente y todo nuestro organismo. El autor plantea que las personas mayores logran enfocar la atención de su cerebro en los aspectos positivos. Además, yo agregaría que las personas mayores vivieron una época muy diferente a la nuestra. Hoy en día la salud mental es uno de las principales preocupaciones de la sociedad, mucho más en estos tiempos de pandemia.
Las personas mayores, por su amplia experiencia durante muchos años, tienen mayor capacidad para comprender y decidir sobre situaciones complejas. Posiblemente a futuro sea apropiado emplear a los ancianos, para que sean mentores, guías, asesores, acompañantes, escuchas, concejeros...
Capítulo 3: Las células grises: La anatomía del cerebro que envejece
El tercer capítulo regresa a los detalles científicos del cerebro. Es el órgano más complejo, incluso más que el corazón, los pulmones o los riñones. Además, está ligado al sistema nervioso que es el sistema más importante pues controla completamente nuestro ser. El cerebro es una masa gris y blanca. La masa gris corresponde al cuerpo de las neuronas y la masa blanca a la zona de comunicación electroquímica, los neurotransmisores, donde tiene lugar la sinapsis.
Al envejecer el volumen del cerebro se reduce un 10% y su peso se reduce entre un 5% y un 10%. Además, al tomar imágenes del cerebro, el tono del gris y blanco cambia a negro, en la medida que desaparecen neuronas y actividad neuronal. Pero también hay neurogénesis o creación de nuevas neuronas, contrario a lo que la mayoría cree. Además, hay una hipótesis de "reserva cognitiva", según la cual podemos mantener nuestra mente joven y seguir aprendiendo siempre, con una capacidad casi infinita de nuestro cerebro.
Algo interesante del libro es lo referente a los estudios longitudinales y su importancia en la ciencia del cerebro. Estos estudios han permitido identificar cómo cambia el cerebro a través del tiempo, desde jóvenes hasta viejos y cómo se opera nuestro cerebro al envejecer. Algo cuiroso que se ha identificado es el patrón PASA (Posterior-Anterior Shift in Aging), el cual consiste en que el cerebro invierte algunas funciones al envejecer, como si una parte del cerebro apoyara a la otra. De manera similar a la separación de hemisferios izquierdo y derecho, al envejecer se activa más la parte anterior que la posterior, lo cual es invertido en los jóvenes.
Los estudios indican que si mantenemos buenos hábitos es posible vivir más años sin que nuestra mente envejezca. Todo depende de los hábitos alimenticios y de sueño, de la actividad física y mental, del contexto social y, en ocasiones, de la ayuda de medicamentos especiales. Conviene ejercitar el cerebro durante toda la vida, con lo cual nuestra vejez será mucho mejor en materia de salud mental. En general, como dice la popular canción del Chavo del 8:
"si tu eres joven aún, joven aún, joven aún
mañana viejo serás, viejo serás, viejo serás
a menos que con afán, que con afán conserves
tus inquietudes y así nunca enjevecerás..."
Y dentro de las inquietudes que debemos conservar y ejercitar están la memoria, la concentración y el pensamiento, para lo cual ayuda mucho leer y escribir a diario...
Capítulo 4: ¿Olvidos o demencia? ¿Dónde está la frontera entre ambos y qué se puede hacer al respecto?
Después de conocer los detalles sobre nuestro maravilloso cerebro, el capítulo cuatro pasa a tratar las enfermedades, algo que es inevitable con el tiempo y que puede presentarse a cualquier edad. Las enfermedades del cerebro y de la mente pueden obedecer a muchos factores, tanto biológicos como psicológicos.
Son síntomas de enfermedad los transtornos del sueño, las dificultades de lenguaje y aprendizaje, olvidos y fallas de memoria, depresión, miedo, ansiedad, agresividad, alucinaciones y delirios, entre otros. Conviene buscar ayuda médica si este tipo de situaciones se hacen frecuentes, permanentes y críticas, pues se puede relacionar con el Deterioro Cognitivo Leve (en inglés Mild cognitive impairment - MCI).
También se encuentran el Alzheimer, el Parkinson y las lesiones y problemas propiamente cerebrales, producto de factores genéticos, golpes y otras enfermedades que afectan el cerebro. En cualquiera de estos casos se pueden generar problemas de memoria y demencia, siendo la demencia el caso más grave y que requiere tratamiento especializado.
En materia de enfermedades del cerebro y mentales, la recomendación es siempre el diagnóstico especializado, para lo cual debe recurrirse al médico cuando se tengan síntomas. Además, el top 5 de buenas prácticas siempre será: alimentación, sueño, ejercicio físico, ejercicio mental y ejercicio psicosocial.
Capítulo 5: Cuerpo y mente: La influencia de las hormonas
Este quinto capítulo relaciona todo lo estudiado previamente sobre el cerebro con la alimentación y las hormonas. En materia de cerebro y mente la palabra clave es neurotransmisores, que son el combustible de la actividad neuronal. Los neurotransmisores dependen de nuestras hormonas y estas dependen mucho de nuestra alimentación y del resto del cuerpo.
Es por eso que al crecer, durante la niñez y la adolescencia y al envejecer se pueden generar cambios emocionales, de humor, de estrés y de muchos otros aspectos que se reflejan en nuestra personalidad. Con la adolescencia y el envejecimiento hay cambios hormonales y esto afecta los neurotransmisores. Algo similar sucede cuando hay algún tipo de enfermedad que modifica la producción de hormonas en nuestro cuerpo.
Y sin entrar en el debate de identidad de género, la biología del hombre y la mujer es diferente y por lo tanto son diferentes los cambios hormonales y sus efectos en los neurotransmisores, el cerebro y la mente.
En cualquier caso, la alimentación y el sueño son dos aspectos fundamentales para evitar y manejar este tipo de situaciones.
Capítulo 6: Remedios y entrenamientos: Lo que funciona y lo que no
En términos médicos lo que importa es sanar la enfermedad u ofrecer una vida digna, tranquila y feliz al enfermo. Los medicamentos siempre existirán y son el mejor aliado, siempre que sean producto de investigaciones rigurosas, de trabajos científicos de calidad. En la actualidad abundan las propuestas de medicina y medicamentos alternativos, pero algunos de ellos son un fraude. En este sexto capítulo se trata este tema, ¿qué sirve y qué no sirve? en materia de cerebro y mente.
Lo primero que sirve es ejercitar el cerebro, mantener la mente activa. Hay una cita de Marco Tulio Cicerón: "la memoria disminuye si no se ejercita". Esta recomendación funciona mejor que cualquier pastillita prodigiosa que prometa elevar nuestro cerebro a su máxima capacidad, como en las películas Sin Límites (con Bradley Cooper y Robert De Niro) y Lucy (con Scarlett Johansson y Morgan Freeman).
Si se trata de consumir medicamentos (naturales o artificiales), está probada la importancia de una alimentación balanceada y el consumo de suplementos vitamínicos, en especial la vitamina B12 y el ácido fólico. El libro menciona el Ginkgo Biloba pero deja claro que, aunque tiene algunos efectos benéficos, no hay una prueba científica de su total efectividad. En general, el mercado ofrece muchas panaceas para el cerebro y la mente, pero suelen depender de otros factores, incluyendo el efecto placebo, que no es otra cosa que la fe y el resultado mágico.
De nuevo, en materia de cerebro y mente y de cara al envejecimiento, la clave es el top 5 de buenas prácticas: alimentación, sueño, ejercicio físico, ejercicio mental y ejercicio psicosocial.
Capítulo 7: La sabiduría que llega con los años: ¿Por qué son más sabios los ancianos?
Al margen del hardware (el cerebro) y del software (la mente, que para los monistas no existe y es simplemente el producto del cerebro) los seres humanos nos diferenciamos de los animales y de las máquinas porque tenemos espíritu, alma o simplemente conciencia (el problema de la conciencia, de las quálias, la pregunta difícil), el factor religioso. Posiblemente allí es donde reside la sabiduría, que corresponde a este séptimo capítulo. La sabiduría es como el máximo nivel de la mente humana.
Lo primero que el libro intenta es definir formalmente la sabiduría, a la luz de las ciencias involucradas. La definición que plantea el autor es adoptada de Caroline Bassett:
"la sabiduría es la capacidad de comprender situaciones complejas, fomentando los comportamientos óptimos a fin de que el resultado satisfaga a la mayor cantidad de implicados y tenga en cuenta el bienestar de todos"
También se cita la biblia (Job 12:12) para relacionar la sabiduría con la vejez:
"la sabiduría llega con la edad y el entendimiento con la larga vida"
Básicamente, perdemos algo de memoria, de velocidad y de capacidades mentales para cierto tipo de actividades, pero ganamos en sabiduría, en control, en resolución de situaciones complejas que involucran a personas, a seres humanos.
La sabiduría de las personas mayores es muy importante y necesaria en estos tiempos. Desafortunádamente la sabiduría se está muriendo producto de la pandemia.
Capítulo 8: Un cerebro óptimo: Consejos científicamente probados
Este último capítulo inicia contando la anédota de Robert Marchand, quien ha roto marcas de ciclismo desde que cumplió cien (100) años y a la fecha sigue vivo con ciento nueve (109) años. Es un caso ejemplar que sirve como prueba científica de cuáles son los mandamientos, buenas prácticas, recetas, secretos o consejos para envejecer sanos y fuertes, la medida de las posibilidades de nuestra especie.
El libro cuenta además el caso de Okinawa, las isla de Japón donde vive las personas de mayor edad en el mundo, algo que se explica por su alimentación y sus hábitos de ejercicio físico y la importancia de la espiritualidad.
Además se enfatiza en la complejidad de lo genético y su influencia en muchas enfermedades que nos afectan. Al respecto menciona "elija a sus padres con cuidado" citando a René Kahn y sus diez mandamientos para el cerebro.
También se repite la importancia del amor, del afecto, de estar rodeados de personas, familiares, amigos quienes nos fortalecen y equlibran las pérdidas del envejecimiento. Además, los grupos de personas nutren la espiritualidad, que nos ayuda a lidiar con las ideas de la enfermedad y la muerte.
De manera general se pueden resumir estos diez (10) consejos científicamente probados, de acuerdo a la lectura del libro:
- Alimentación: incluyendo el uso de suplementos vitamínicos, pero en lo posible alimentación natural.
- Ejercicio físico: según el adagio "mente sana en cuerpo sano".
- Ejercicio mental: leer, escribir, oir música, resolver problemas que desafíen la mente, aprender, mantenerse activo mentalmente.
- Ejercicio espiritual: que es independiente del tipo de religión y ritos pero que implica un nivel de abstracción mental más allá de lo meramente intelectual.
- Ejercicio psicosocial: mantenerse rodeado de personas, familiares, amigos, vecinos, compañeros de actividades diarias, con quienes se hable y comparta. Es fundamental el amor, el afecto, el cariño, el sentirse parte importante de un grupo de personas.
- Sueño: dormir bien es muy importante para la salud mental. Cuando no se duerme bien hay un síntoma que refuerza la enfermedad y debe tratarse a tiempo y de la mejor forma posible.
- Equilibrio entre la rutina y la innovación: la novedad refresca el cerebro en todos los aspectos. Cambiar de rutina al caminar. Ir por calles diferentes a diario, domir en diferentes posiciones y procurar buscar nuevas experiencias. Ponerse retos y hacer planes a mediano y largo plazo.
- Un entorno, ecosistema apropiado: tanto para vivir como para trabajar y para todas las actividades de la vida. Entorno o ecosistema desde una perspectiva holística.
- Control médico periódico: es una de las grandes deudas de la política pública y de las prácticas que deberían promoverse. Ir al médido a chequeo general, con exámenes completos, a fin de prevenir realmente las enfermedades y atenderlas a tiempo.
- Aceptar los tratamientos médicos: algo común es que no aceptamos los tratamientos, los cuales son necesarios cuando hay diagnóstico de enfermedad. Ayúdate que yo te ayudaré rezan el Evangelio.
Para cerrar, dos ideas adicionales:
- El libro pone en sus conclusiones que "no solo somos nuestro cerebro" lo cual me lleva al segundo libro que tengo pendiente por leer, titulado "Somos nuestro cerebro" del profesor Dick Swaab y que espero "roer" este año.
- Hay una película que repiten por televisión cada semana, traducida como "In-Mortal" cuyo nombre original es Self/less. La he visto varias veces y tiene una frase que no logro memorizar pero su idea es "el discernimiento que llega con los años", muy similar al título del séptimo (7) capítulo. Esta película vende la idea de que la mente y el cerebro son diferentes y que la mente sana se puede transferir de un cerebro a otro. La película aborda el dilema ético y permite reflexionar mucho sobre la vejez, la muerte, el alma y todos estos interesantes temas del cerebro y la mente.
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