viernes, 9 de enero de 2015

El Perjuicio de los Prejuicios

Prólogo

Tenía en mi cabeza el título de ésta entrada desde hace muchos años, quizás más de 15 y tenía en éste blog la entrada en borrador desde septiembre del año pasado, cuando la idea volvió a retumbar en mi mente gracias a un diplomado, en el cual la profesora (psicóloga) nos pidió, en la última clase, resumir en una palabra a cada compañero. Curiosamente pocos días después, a cuando escribí el título en borrador, apareció una publicación de Vladdo que guarda amplia relación con lo que pretendía escribir y que, en consecuencia, cité en twitter usando mi título. Básicamente pretendo plantear lo perjudicial de juzgar a priori, sobre el perjuicio de los prejuicios, un curioso juego de palabras.

La synentropya de las palabras prejuicio y perjuicio

Según el DRAE (Dicionario de la Real Academia de la Lengua Española) en línea:
Perjuicio: "Efecto de perjudicar" : "Ocasionar daño o menoscabo material o moral".
Prejuicio: "Acción y efecto de prejuzgar" : "Juzgar de las cosas antes del tiempo oportuno, o sin tener de ellas cabal conocimiento".

Ambas palabras pueden considerarse como situaciones adversas, malas, entrópicas. Pero hay sinergia entre ellas: Prejuicio y perjuicio tienen relación etimológica, su similitud no es una casualidad al permutar sus letras. En éste vínculo algunas notas interesantes al respecto. Pero más allá de las palabras (o más acá) están las cosas y los hechos que estas palabras representan, así como los pensamientos y sentimientos de nosotros los humanos sobre dichas cosas y hechos. En otras palabras, la vida real.

Prejuicios y Perjuicios en la vida real

Desde muy niños nos entrenan siempre con prejuicios: "todos los extraños son malos, desconfía siempre de los extraños", "entrometerse en conversaciones ajenas, de los mayores, es malo", "todos los hombres son mujeriegos y todas las mujeres celosas", "de eso tan bueno no dan tanto" y un largo refranero popular, como "al que madruga Dios le ayuda", aunque "no por mucho madrugar amanece más temprano" pues "más sabe el diablo por viejo que por diablo"... Todo eso márca nuestras vidas para siempre, incluso por encima de nuestra posterior formación (o deformación) académica.
 

En mi vida acepto un único prejuicio: que los prejuicios causan perjuicios. Cualquier otro prejuicio lo evito o lo asumo como hipótesis y busco su verificación. Reflexionando, estoy ante el tradicional dilema del "huevo y la gallina", así que conviene detenerme y comenzar la dura tarea de verificar mi único prejuicio...

martes, 6 de enero de 2015

Synentropya idiomática III - Imperativo del imperativo

Una Breve Introducción

"Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído..." (Borges 1969)

Ha pasado mucho tiempo desde la última ocasión que publiqué en este blog. Sin embargo, son varios los borradores inconclusos, como éste al que intento escribirle una breve introducción. Cada vez que inicié una entrada me surgió la necesidad de leer (o releer) y de lectura en lectura fue pasando el tiempo al punto de iniciar un nuevo año. Por eso inicié citando esa frase de Borges. Pero siempre hace falta escribir, o releer lo escrito y publicarlo.

Una anécdota sobre el Imperativo

En una conversación con una gerente le dije algo como: "voy a revisar con Juan este tema para responder según nos comprometimos en la última reunión. Después le informo al respecto". La gerente respondió: "perfecto, revisemos", ante lo cual yo manifesté: "¿usted va a revisarlo con nosotros?" y después de un corto silencio la gerente corrigió: "está bien, revísen y me informan". Sin embargo, en conversaciones posteriores siguió hablando en segunda persona del plural, "nosotros". Lo curioso es que esa misma persona cuando piden resultados cambia los pronombres: "permítame y verifico con Juan, quién debe hacer esa tarea", en especial si hay incumplimientos.

Una cita que respalda el imperativo

Es probable que existan muchas otras, pero ésta (http://www.dejusticia.org/#!/actividad/2382) me gustó bastante, sobre todo porque apareció en twitter sin buscarla, después de haberme desviado muchas veces en lecturas de Kant buscando argumentos para defender mi idea de la necesidad de recuperar el imperativo: "...A veces la gente quiere ser amable con rodeos inútiles o ridículos. No sé si es una consigna mercantil, o qué, pero en las empresas de la salud les dio por eliminar la forma imperativa, o incluso el 'usted', con la idea de que es demasiado brusco, con lo cual, los empleados sólo usan el 'nosotros'...". En mi caso particular y de la mano con la anécdota narrada previamente, los "altos gerentes" suelen olvidar el imperativo, quizá también con la equivocada consigna de ser amables y con la desafortunada influencia que esto implica para quienes estamos alrededor.

! Es imperativo el imperativo ¡

Ésta entrada la pensé corta desde que fue un borrador, desde el año pasado. En este nuevo año 2015 aún no cambio de idea: es necesario recuperar el imperativo en el lenguaje escrito y verbal, en especial en contextos organizacionales, en las relaciones de poder, las jerarquías. Mientras el "hagamos" no genere sinergia, que la falta del imperativo no cause entropía y si algún lector está en desacuerdo, que escuche cómo agrada el buen uso del imperativo y del nosotros en el popular bolero: