miércoles, 3 de noviembre de 2021

Qué extraña es la vida...

Qué extraña es la vida

Cuántas verdades
no se comprenden y sin embargo son la verdad
cuántos amores se van y vuelven
cuántos no vuelven nunca jamás

Qué extraña es la vida

Hay quienes lloran de la alegría
y hay quienes cantan por no llorar
y quienes saben que así es la vida
y lo ven todo muy natural

Hay veces que uno cualquiera
se encuentra la dicha a la esquina doblar
y hay quienes dan la existencia
buscando un poquito de felicidad

Qué extraña es la vida

Hay tantos buenos hay tantos malos
hay tantas clases de sociedad
y sin embargo ante la fosa
es igual toda la humanidad

Qué extraña es la vida

Hay tantos buenos hay tantos malos
hay tantas clases de sociedad
y sin embargo ante la fosa
es igual toda la humanidad.

https://www.youtube.com/watch?v=_wJDYP2Dgy4


 

martes, 2 de noviembre de 2021

Nosotros...

Una de las cosas buenas e importantes de estos tiempos es el lenguaje incluyente... Eso se suele interpretar como pensar y hablar en tercera persona del plural "nosotros"... Algo de eso escribí en otras entradas anteriores: El Imperativo del imperativo y Cuando digo nosotros...

Al respecto, hoy leí en Internet un poema de José Manuel Arango que se puede encontrar en este link y que dejo aquí, para recordar, pensar y hablar entre los unos y los otros...

Grammatici Certant

El nosotros
lo saben los gramáticos
es un curioso pronombre
Quiere decir tú y yo
sin él
y también él y yo
sin ti
y también él y yo
contigo y contra el resto
En todo caso excluye siempre a alguien
De esta parte nosotros
de la otra los otros que nosotros


martes, 31 de agosto de 2021

La falsa promesa de la Universidad

Algunas reflexiones sobre un artículo de Steven Mintz, professor de University of Texas at Austin y al final algunos fragmentos que destaco: 

https://www.insidehighered.com/blogs/higher-ed-gamma/higher-education%E2%80%99s-false-promise

La promesa de "estudia y tendrás un mejor futuro e incluso podrás ser millonario" jamás ha sido cierta. La educación existe para formar ciudadanos, personas libres y responsables, capaces de decidir si siguen la corriente del sistema y se resignan o comulgan con él o si dan la batalla por cambiarlo un poco.

El problema no es la educación, es que la Universidad como institución ha renunciado a su misión transformadora del sistema y ahora le sigue la corriente. Lo triste es que le sigue la corriente a muchas de las cosas equivocadas del sistema, pero en otras que si deben adoptarse se niega a cambiar.

Y la causa es el mismo sistema, que impuso un dinámica perversa de inversión en educación a cambio de indicadores y como sucedió con los falsos positivos en el sector defensa (en Colombia), así mismo está sucediendo en el sector educación. Y los indicadores no siempre indican lo que dicen indicar...

Este corto artículo es muy interesante en ese debate...
 
One common response to underemployment is for the “overeducated” to blame themselves for a failure to be practical or realistic. But perhaps more common is to cast blame elsewhere: at the teachers who encouraged naïve students to pursue big dreams and the institutions that misled vulnerable students about their postgraduation prospects, or to a society that propagates illusions and false promises.

Una respuesta común al subempleo es que los "sobreeducados" se culpen a sí mismos por no ser prácticos o realistas. Pero quizás más común es echarle la culpa a otra parte: a los maestros que alentaron a los estudiantes ingenuos a perseguir grandes sueños y a las instituciones que engañaron a los estudiantes vulnerables sobre sus perspectivas de posgrado, o a una sociedad que propaga ilusiones y falsas promesas.

 


 

 


domingo, 29 de agosto de 2021

Cinco ideas reflexionando sobre el día a día...

Mirando las redes sociales uno ve críticas de todos los lados y las reaciones. Hay muchas fallas en el ejercicio del poder, en todos los ámbitos, contextos y niveles. El actual Gobierno Nacional es el máximo exponente, pero su talante se refleja y replica en los microcontextos.

Uno ya no tiene claro si el alto gobierno es el reflejo de una cultura de país o si es al revés y se sigue el mal ejemplo de los más poderosos. Yo pienso que hay una mezcla de ambos.

De cualquier manera, se me ocurrieron algunas ideas y las organicé en estos cinco puntos:
  1. La crítica no es apología al odio y la anarquía, sino una manifestación libre del desacuerdo y la diferencia en el pensar, saber, hacer y ser. La crítica es fundamental para avanzar.
  2. Manipular la información y los medios de comunicación para ocultar debilidades y errores en lugar de reconocerlos, disculparse y corregir no resuelve los problemas de fondo que generan las críticas. Es todo lo contrario, perpetúa los problemas, es la filosofía del gato, de esconder debajo del tapete.
  3. Internet facilita la crítica y a veces la lleva al extremo. Sucede lo mismo con la manipulación de la información y los medios. Fracasamos cuando se cae en estos tres errores.
  4. Cuando hay crítica, hay que hacer equipo con quienes la hacen, unir las diferencias y trabajar cooperativamente, de manera transparente y abierta. Este es el camino apropiado en un mundo digital: modelos abiertos y colaborativos, en lugar de los modelos del pasado, cerrados y autocráticos.
  5. Dicen los teóricos que el futuro de la educación es el Pensamiento crítico, la comunicación efectiva y afectiva, el trabajo en equipo y liderazgo colectivo y la digitalización, Internet, las TIC, etc. Pero lo que uno ve es que los poderosos van en contravía de toda esa teoría, aunque la usan en su discurso para legitimar su equivocado camino 😔🤔

martes, 24 de agosto de 2021

Se el piloto y no solo un pasajero...

 

De  la mano con otra cita atribuida a Richard Feynman:

"Study hard what interests you the most in the most undisciplined, irreverent and original manner possible."

viernes, 20 de agosto de 2021

Resignación

 Resignación

(Los trovadores de cuyo)






Nadie quien por uno sufra
ni tener por quién sufrir (bis)
Ha de ser llorar, llorar
y otras veces sonreir (bis)

No ambiciones con locura
lo que no se ha de tener (bis)
Bello es confiar y confiar
en lo que no puede ser (bis)

Y esperar que cualquier dia
el viaje hemos de emprender (bis)
el viaje feliz, feliz

Barcarolle: La vida es bella

En la película La vida es bella, de Roberto Benigni, hay una canción muy bonita, titulada Barcarolle. La canción aparece en una escena, también, muy bonita, en la que el protagonista (Guido) pone a sonar la canción, pensando en que la escuche su esposa (Dora). Y ella la escucha.

Busqué la letra de la canción y su traducción al español, la dejo aquí, con el video en Youtube y la estrofa más bonita:

El tiempo pasa sin volver…
Llevándose nuestros sentimientos
Lejos de este feliz lugar.
El tiempo pasa sin volver.

Le temps fuit et sans retour
Emporte nos tendresses
Loin de cet heureux séjour
Le temps fuit sans retour



https://lyricstranslate.com/es/barcarolle-jacques-offenbach-cuentos-de-hoffman-opera-barcarolle.html



Corazón

 Corazón

Nacemos con el corazón pequeñito
y se va llenando de amor y cuidados,
de risas y cariños,
de inquietudes e ilusiones...

Con el tiempo crecemos
y el corazón se va llenando de tristezas,
de fracasos y vacíos,
de miedos y traiciones...

Se detiene el crecimiento
y el corazón sigue llenándose:
de lo bueno y lo malo,
de lo triste y lo alegre,
de recuerdos y anhelos,
de pasado y presente...

Un día cualquiera, sin aviso,
el corazón se llena y se rompe,
de guardar tantas cosas por tanto tiempo...

Milton Jesús Vera Contreras, 13 de junio de 2021, publicado en Facebook

Rebeldía y Creatividad

El statu quo, el sistema, promueve la Transformación Digital pero no quiere transformación, quiere que todo siga siendo igual,  como hace un siglo, como en los años ochenta del siglo pasado, como hace quince años...

Es una contradicción interesante que debe resolverse. No hay lógica en adaptar las innovaciones al pasado, porque dejan de ser innovaciones:

  • Diligenciar un formulario digital, imprirlo, firmarlo, escanearlo y subirlo a la plataforma.
  • Diligenciar un formulario corporativo de Google Forms y pedir que se escriba el correo corporativo.
  • Compartir un documento para editarlo en línea colaborativamente y descargarlo para editarlo de manera individual y después sobreescribir el trabajo de los demás.
  • Hacer un examen en papel y pedir que tomen fotografía y lo suban.
  • Calificar cero a un estudiante argumentando fraude, sin tener pruebas del fraude...

Y todo aquel que proponga cambios y contradiga al poderoso es un mal elemento para las organizaciones, hay que aislarlo, anularlo, desaparecerlo... Eso si, cuando ese paria rebelde tiene éxito, hay que mostrar su éxito, pero con él bien oculto...

Qué equivocados están, pues de la rebeldía es que surge la creatividad. Y no es una novedad, toda lo bueno de la humanidad es el resultado de rebeldes que no renunciaron y  lucharon por el cambio... Y, posiblemente, todo lo malo de la humanidad es el resultado de un sistema que anuló la creatividad de los rebeldes...

Leyendo sobre eso de rebeldía y creatividad recordé un poema de Raúl Gómez Játin:

Me defiendo

Antes de devorarle su entraña pensativa

Antes de ofenderlo de gesto y palabra

Antes de derribarlo

Valorad al loco

Su indiscutible propensión a la poesía

Su árbol que le crece por la boca

con raíces enredadas en el cielo.

Él nos representa ante el mundo

con su sensibilidad dolorosa como un parto.





 
 

Otra cita fake, ahora Platón

Las citas o frases célebres y los refranes siempre serán un dolor de cabeza para quien quiere usarlas dando el crédito al autor. Su sabiduría las hace populares y se propagan mejor que la luz en el espacio-tiempo, borrando el rastro de quién las dijo, cuándo, dónde, cómo, a quién y por qué.

En muchos casos algunos se atribuyen la autoría sin pudor. A otros se la atribuyen en vida y callan, también sin pudor, hasta con orgullo. Y otros se la atribuyen a los muertos que no pueden defenderse. Ese irrespeto de atribuir una frase célebre a un muerto, normalmente busca legitimarla, aprovechando la grandeza que en vida tuvo el muerto.

De cualquier manera, las citas citables no dejarán de citarse y algunos no dejaremos de buscar su origen, dudando siempre de la autoría.

Justo hace unos días me encontré una de esas citas que suenan a político honorable, pero que se  atribuye a un pensador inmortalizado en las letras y la historia:

"Un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre"
La atribuyen a Platón, el gran filósofo griego, discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, autor de muchos diálogos interesantes y promotor del idealismo.


 

De curioso me puse a buscar el origen de la cita y me encontré con evidencia que la atribuye a Ralph Waldo Emerson, un estadounidense del siglo XIX. Al buscar en Google Books aparece el libro El hombre que rehuso morir antes de tiempo: Protege tus sueños frente a las adversidades de la vida, de Miguel Ángel Acebal, año 2015.

Al parecer el autor no creyó que la frase fuese de Platón o encontró evidencia para atribuirla al señor Emerson...

Yo seguiré buscando evidencia de que es de Platón o de alguien más...

Humberto Maturana, Autopoiesis y Educación

Fuente https://es.wikipedia.org/wiki/Humberto_Maturana#/media/Archivo:Humberto_Maturana-FILSA2015.jpg

El profesor Humbero Maturana murió en mayo de este año, de una neumonía, aunque no fue por la pandemia. Era biólogo y su teoría central es la autopoiesis, la cual define la vida como la capacidad de crearse a sí mismo permanentemente. Estar vivo es eso, cambiar, adaptarse, evolucionar... Y aunque es una teoría biológica, impactó muchas áreas del conocimiento y se le considera como una filosofía. La vida, en lugar de una entelequia, es un proceso contínuo y eterno.

En virtud de su muerte, revivieron varios de sus discursos y escritos, entre ellos un discurso pronunciado en la Universidad de Málaga en 2010, cuando le otorgaron un Doctorado Honoris Causa. A continuación cinco ideas de ese discurso:

La primera idea es que amar a alguien implica verlo, escucharlo, atenderlo. Maturana pone como ejemplo un niño,  quien afirma que el profesor no lo quiere porque lo ignora, no lo tiene en cuenta. Parece una idea trivial, pero en realidad es profunda.

La segunda idea es que las distinciones o reconocimientos son regalos para demostrar amor a las personas. Siguiendo la primera idea, cuando no se reconoce al otro por lo que es o hace, simbólicamente es una demostración contraria del amor. Los seres humanos lo sabemos y por eso tenemos necesidad de ser reconocidos y cuando eso no sucede hay inconvenientes. Mejor irse a otro lugar cuando no se es reconocido.

Una tercera idea es esa frase de "los niños y jóvenes son el futuro de la humanidad" y Maturana contradice eso, pues el futuro depende del presente y el  presente somos los adultos. Los niños y jóvenes aprenden en el presente con los adultos, de manera que lo importante es nuestro ejemplo y lo que hacemos.

En esta tercera idea aparece la educación: los adultos del presente somos responsables de los adultos del futuro, de esos niños y adolescentes que formamos diariamente, en nuestras casas, en la escuela, colegio y Universidad, en la sociedad.

Regresando a la idea del amor, Maturana plantea en su discurso que somos seres amorosos por naturaleza, algo que se formó hace miles de años en nuestra especie, gracias a las familias ancestrales. Es el amor lo que nos hace humanos y no el lenguaje. El lenguaje es un instrumento que ayuda a demostrar ese amor, pero la humanidad aparece en la diaria convivencia, en el mutuo vivir...

En ese sentido, lo que hacemos y lo que comunicamos mediante el lenguaje depende más de las emociones que de la razón. Esta es la cuarta idea, textualmente: "no nos damos cuenta  de que todo argumento racional tiene fundamento no racional... todo sistema racional tiene fundamentos no  racionales". Antes de todo acto de la razón hay un acto de la emoción, del amor o de lo contrario...

Finalmente, Maturana cierra su discurso con una expresión muy bonita:

"El acto de escoger no es tanto el acto de ir por un camino o por otro, sino un acto de  soltar las certidumbres y mirar"

A la cual le sigue una aclaración muy relevante para la educación:

"...porque los niños, las niñas, los jóvenes aprenden nuestro espacio psíquico. Aprenden nuestro vivir. No aprenden cosas. Aprenden el convivir con sus maestros, aprenden a reflexionar si los maestros reflexionan, aprenden la honestidad si los maestros y las maestras son honestos..."


martes, 17 de agosto de 2021

Otra cita fake... Esta vez Buddha

En una entrada anterior había escrito sobre una cita atribuida falsamente a una persona. Allí cité dos libros interesantes que ayudan a verificar y corroborar ese tipo de citas:

  • The Quote Verifier: Who Said What, Where, and When (en Google Books)
  • The Book of Who Said That?: Fascinating Stories Behind Famous Quotes (en Amazon)

Resulta que en un libro de Arquitectura de Software encontré una cita que se atribuye a Buddha:

"Do not believe in anything simply because you have heard it. Do not believe in anything simply because it is spoken and rumored by many. Do not believe in anything simply because it is found written in your religious books. Do not believe in anything merely on the authority of your teachers and elders. Do not believe in traditions because they have been handed down for many generations. But after observation and analysis, when you find that anything agrees with reason and is conducive to the good and benefit of one and all, then accept it and live up to it."

https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Meditating_Buddha_Statue_from_Gandhara.JPG

 

Como siempre, la curiosidad me llevó a indagar un poco sobre esa cita y encontré un sitio web dedicado a citas falsas de Buddha. Y en ese sitio hay una larga entrada y discusión sobre la cita anterior.

Más allá del debate sobre si el autor de la cita es Buddha u otra persona, lo importante es la lectura crítica, el pensamiento crítico, la actitud crítica. En lenguaje popular: "no tragar entero" y "moler bien el hueso"...

En muchas ocasiones nos apasionamos con lo que escuchamos, leemos, vemos y hasta con lo que nos imaginamos, soñamos y queremos. Pero somos polvo de estrellas en un inmenso, antiguo y complejo universo. Por eso la enseñanza es dudar, indagar, profundizar y siempre esperar algo nuevo más allá de lo evidente...

viernes, 18 de junio de 2021

Bitácora mientras espero la vacuna...

Cuando inició la vacunación, los profesores universitarios y los administrativos no estábamos en el mapa.

El 19 de abril la Rectora de la UNAL pidió al Ministerio priorizar en etapa 3 a los profesores [1].

El 5 de mayo el Ministro de Salud anunció esa inclusión [2] y comenzó la publicidad.

El 26 de mayo el Ministerio de Educación anunció que despegaba la vacunación de profesores de escuelas y colegios y que sería algo super rápido, para luego avanzar con los profesores universitarios [3].

Pero del dicho al hecho siempre hay mucho trecho. Mucha propaganda y poca efectividad y mucho desorden y fallas de la plataforma, que hasta fue hackeada [4]. 

Muchos profesores se quejaron en redes sociales, pues no estaban priorizados y la vacunación parecía probabilística, a unos si y a otros no, sin claridad al respecto.

Por tanta publicidad prometiendo vacunas, en cualquier conversación o publicación virtual surgían estos lugares comunes:
¿Por qué se quejan tanto, por qué critican al gobierno? ¿Ya se vacunó o le da miedo, pues ya dijeron en el "face"? Este tipo de preguntas eran parte de los argumentos si uno cuestionaba al gobierno. Algunos agregaban ¿cuál es el afán de vacunarse si hay gente vacunada enferma y muriendo?

No obstante la publicidad y el llamado a la confianza y a construir juntos con este gobierno dialogante y muy a pesar de esos lugares comunes, los hechos eran contundentes y la mayoría estaba sin priorizar. Además, las fallas de la plataforma eran evidentes y también las irregularidades en la vacunación, lo cual sigue investigando la Contraloria [5].

Hoy 18 de junio, por Twitter, a las 18:47 anunciaron que estaba resuelto, por fin [6]. Pero la plataforma sigue lenta e intermitente, sobre todo el captcha. Y algunos profesores aún no aparecen o no logran superar las dificultades de la plataforma.

Yo ya aparezco y ya pedí turno para vacunarme, por fin. Así que descansarán un poquito de mis quejas [7] en este aspecto, pero seguiré de activista, ejerciendo esas competencias ciudadanas y digitales que se supone son del mundo de hoy y del futuro.

Y ya cerrando, conviene decir que estas quejas generan disgusto en nuestros líderes y gobernantes. Al parecer viven en la edad media y aún no entienden eso del gobierno digital, abierto y colaborativo. Aún no entienden que las TIC obligan a mejorar la transparencia y la comunicación y generan total visibilidad de lo que hacen o dejan de hacer. Los líderes y gobernantes deben aprender a ser humildes, agachar la cabeza, reconocer las fallas, pedir disculpas y mejorar. Pero, por ahora, su talante y reacción siguen siendo de corte autocrático, dictatorial, irrasible, soberbio, intransigente y, en resumen, orgulloso.

Por último, aunque ya estoy priorizado no estoy vacunado. De manera que seguiré esperando...










[7] Aquí mis principales quejas en orden cronológico




jueves, 25 de marzo de 2021

Happycracia

Un amigo me prestó* el libro Happycracia, de Edgar Cabanas y Eva Illouz, doctores en psicología y sociología.


Este libro me reforzó muchas ideas, visiones, posturas (digamos filosóficas) al punto de comenzar a pensar en un posible sesgo de confirmación. Pero después de una segunda lectura y de profundizar en las referencias del libro, estoy convencido de que vivimos en la era de la Happycracia: la felicidad se ha convertido en un instrumento del mercado y en el mecanismo político ideal. Y de seguir así, creo que no hay futuro para la humanidad.

No voy a reseñar el libro. Solo quiero destacar tres ideas que me parecen muy interesantes y que son parte de mi postura filosófica actual:

El cientificismo

Actualmente hay una tendencia mundial que usa la ciencia como menanismo de poder, como justificación de las decisiones y acciones que toman los poderosos. No es algo nuevo pero en la actualidad tiene máś fuerza que nunca. Básicamente se manipula la ciencia para satisfacer intereses particulares, incluso con el apoyo de personas del mundo académico.

En Happycracia se ilustra muy bien la creación de una disciplina, una infraestructura académica, una ciencia, la ciencia de la felicidad. Algo similar podría argumentarse en la tecnología, la salud y el medio ambiente, pues hay intereses económicos y  políticos, hay poderosos que buscan mostrar como científico todo lo que hacen y planean hacer. Justo antier escuché una charla titulada Conflicto de interés en la academia: la captura corporativa del conocimiento.

Mario Bunge ya había mencionado en varias ocasiones eso del cientificismo. Un error cientificista muy común es confundir la ciencia con la ingeniería, por ejemplo. Pues una cosa es intentar responder preguntas y obtener la verdad sobre el universo y otra cosa muy diferente es cambiar ese universo y dominarlo (casi siempre con fines económicos y políticos)...

Regresando a Happycracia, ahora científicamente nacemos para ser felices según la norma del mercado y si no lo conseguimos es nuestra culpa. Ya no hay problemas estructurales ni responsabilidad de los gobiernos, simplemente cada uno es responsable de lograr su felicidad... El nuevo mercado, la nueva política, la nueva religión, la nueva filosofía consisten en que cada individuo debe mantenerse en la búsqueda de su felicidad, como en la película, la cual usa el libro en su introducción. El resto de la humanidad no importa, yo debo ser feliz y la especie que se acabe...

Una filosofía invididualista que sepulta la especie

Dentro de las muchas citas del libro aparece una entrevista a Margaret Thatcher, que bien podría considerarse un punto de quiebre entre la visión colectiva de la humanidad y la visión neoliberal individualista que reina por estos tiempos:



Es innegable que nadie piensa en los demás y todos piensan únicamente en sí mismos. El altruismo ya no existe y hay quienes se burlan de los idealistas que trabajan por un futuro que no podrán ver, si es que esos idealistas existen...  En la pandemia eso se ha visto de cerca todos los días. Y en Colombia lo escuchamos por radio cada segundo y lo vemos a diario en medios e Internet: la guerra por la paz, el afán de poder y tener, individualismo y sectarismo, pero nada de visión de país, nada de trabajo colectivo y colaborativo. Eso de colectivo y colaborativo les huele (científicamente crearon ese olor) a comunismo, a castrochavismo...

El calentamiento global, la extinción de muchas especies, los problemas de salud física y mental derivados del mismo modelo de mercado que nos rige, la misma pandemia... todo es consecuencia de una visión individualista que condena a la especie a su extinción. Los más visionarios como Elon Musk y Bill Gates planean que salgamos de la tierra a buscar vida en otros planetas, como plan B si fracasamos en el intento tardío por cambiar... en realidad caminamos a un mundo cada vez más desigual y probablemente al fin de la especie.

No me canso de parafrasear a Brigitte Baptiste, quien en una charla dijo algo sobre "la nostalgia por el pasado"  y cómo esa nostalgia nos impide cambiar. Y si no cambiamos por los demás, todos desapareceremos. Y como la consigna de la happycracia es el individualismo, pues busquemos la felicidad individual y el resto de las personas que sufran su infelicidad... por negarse a seguir la norma del sistema...

Un mercado de la felicidad que manipula y daña

Las redes sociales nos permiten ver en vivo y en directo lo que es la Happycracia. Fotos y videos mostrando que son felices porque compran, porque viajan, porque tienen, porque generan tendencia... El BigData y la Inteligencia Artificial al servicio del mercado y la política para manipular. Aquel que se queja y se atreve a cuestionar o criticar es un pobre infeliz, tóxico y resentido que no sabe vivir la vida ni buscar la felicidad. Importa el yo. Y ese yo sigue la tendencia del mercado. Seguir el mercado es ser feliz. Hago lo que yo quiero, lo que a mi parece, porque ser feliz es eso, ser yo sin importar el impacto en los demás, pues el mercado es así, unos ganan y otros pierden... así es la evolución de Darwin, los que son felices según la happycracia son los que evolucionan y los demás que se extingan...

Resulta muy curioso que la Happycracia surge del cientificismo y luego la ciencia se estigmatiza porque pone en evidencia la contradicción. Si la ciencia cuestiona la happycracia, la ciencia está equivocada y el científico debe buscar un coach y apoyo sicológico, pues cuestionar es malo, pensar es malo, dudar es malo, estar en desacuerdo con el sistema es malo... lo bueno es ser feliz, porque eso dice el mercado...

Y lo peor es que en la educación pasa algo muy similar. La educación camina hacia el modelo de mercado. Los profesores siguen el modelo de indicadores que impone el mercado. Mientras tanto el mercado crea su propio negocio educativo que no incluye ni a los profesores ni a la Universidad... Entonces la educación debe cambiar. Si bien hay cosas del mercado que no podemos evitar y desde la educación debemos alínearnos, el fin de la educación es cambiar esa tendencia cientificista, individualista y utilitarista... Algo parecido a esto aparece en una serie de videos producidos en Chile que plantean la tesis de una época nihilista para la Universidad.

En fin, solo quería liberar un poco el cerebro (para ser feliz) y dejar aquí algunas ideas de las muchas que se derivan de este libro...

Hay dos videos en  Youtube donde el autor habla sobre el libro. Los dejo aquí para quienes prefieren ver y oir o aquellos que quieren fuentes adicionales...

 
 
*Recomiendo comprar el libro. A mi me lo prestaron digital, pero yo promuevo el respeto por los derechos de autor y el movimiento de acceso abierto. Gracias a mi amigo por prestarme el libro.
 


martes, 9 de marzo de 2021

"Prestamos por señas" : Un cuento viejo sobre la Confianza

El pasado sábado dije en una charla que un reto como profesores es generar confianza en el contexto de las TIC y la educación, lo cual es una tarea difícil. Cuando lo dije recordé este libro en el que leí sobre la confianza en el año 2018: ¿Cómo mejorar a Colombia? - 25 ideas para reparar el futuro, editado por el profesor Mauricio García Villegas. Yo supongo que muchas de las cosas que dije en la charla generaron confianza y uno de los organizadores tuvo la gentileza de replicar una entrada de uno de mis blog en  el Blog de la Cátedra UNESCO de Educación a Distancia (CUED) de la UNED (España).

Ayer y hoy estuve pensando nuevamente en eso de la confianza y recordé un cuento que leí muy niño (recién aprendí a leer) en una de  las revistas que heredé de mi papá, donde le publicaban sus versos (la revista es del año 1982). El cuento se titula "Prestamos por Señas" y no hay registro del autor. Inicialmente creí que era una de las crónicas del libro de Honorio Mora Sanchez, pero verifiqué y no lo es. Hoy no pude apagar el computador y busqué la revista, volví a leer el cuento, lo escaneé, lo transcribí y me dispuse a escribir estos párrafos.

Dejo a continuacion la versión escaneada y al final la transcripción. Y cierro diciendo que en esta entrada, curiosamente, se unen todos los blog que tengo (revisen los link)... Eso de la confianza tiene que ser algo clave para cambiar este mundo, eso que llamo SynEntropya...

Página 1 del cuento

Página 2 del cuento

Presentación de la Revista donde aparece el cuento


Prestamos por señas

(Revista Presencia Número 2 año 1982)

Muchos recuerdan y añoran la Chinácota de hace 40 o más años, cuando estaba en ciernes la geneneración de los que ahora son afamados profesionales, ejecutivos de éxito o prósperos comerciantes o industriales. “Piernipeludos” o volantones eran en aquella época los Villamizar Suárez, los Carrero, los Cáceres, los Leyva, los Torres Durán, los Seade, los Camargo, los Lara… y cuántos más.

Chinácota era entonces más pequeña, más aldea… pero más amable, más íntima, más cálida. Es por eso que lo que ocurría al abrigo de cuatro paredes, nimio y sin consecuencias, tomaba características de suceso desproporcionado, digno de comentarios y acomodos en muchas leguas a la redonda.

Sucedió en aquellos tiempos la anécdota que a continuación, a unos les cuento y a otros les recuerdo. Frente al parque, junto a la esquina de lo que hoy es la “Abeja de Oro”, tenía su local de compra de café don José Seade. Más abajo, donde actualmente se halla el “Cine Iscalá”, estaba “La Cosmopolita”, inmenso establecimiento comercial de don Manuel Waldo Carrero, atendido por una legión de empleados que lo mismo despachaban un litro de Brandy, una libra de alabre, un corte de soda importada, un frasco de curatina o herramientas de trabajo. Don Manuel Waldo, frente a la Caja Registradora, supervisaba la labor comercial y la clientela.

Al negocio de don José Seade llegó una mañana cierto hombre con aire de afán y le dijo: Don José, que le facilite urgentes cien pesos. Como don José lo miró con cierta desconfianza, el hombre se apresuró a decir: Como prueba de que es verdad lo que digo, asómese a la puerta que don Manuel Waldo le va a hacer la seña de que se los mande.

Por no dañar el compadrazgo y la armonía comercial que existía entre los dos patricios, don José le dio al hombre los cien pesos y salió a la puerta, aunque se demoró un poco mientras terminaba de despachara a un cliente.

El hombre llegó luego jadeante a “La Cosmopolita” y le dijo a don Manuel Waldo: que don José Seade que le mande cien pesos; los necesita urgente para completar lo de una compra de café. Y puede salir a la puerta que arriba está don José para hacerle la seña.

Casi al mismo tiempo salieron a la puerta don Manuel Waldo y don José y se hicieron la seña (lo que era usual entre ellos) que confirmaba el préstamo de los cien pesos.

Sobra decir que el diligente mandadero nadie lo conocía y nadie lo volvió a ver y que cien pesos en aquellos tiempos eran una apreciable suma.

miércoles, 3 de marzo de 2021

Sobre el libro ¡Aquí no hacemos las cosas así!

El año pasado, mientras esperaba en la fila de un supermercado para pagar, estuve hojeando un libro titulado !Aquí no hacemos las cosas así¡ de John Kooter y Holger Rathgeber. Leí las dos primeras páginas y decidí comprarlo. Al llegar a casa lo leí sin detenerme. Hay varias cosas interesantes sobre es libro que me gustaría escribir:

Me gustaron mucho las ilustraciones del libro, el cual usa las comunidades de suricatas como metáfora para hablar sobre el liderazgo y la gestión de las organizaciones en el contexto actual de cambios acelerados, profundos, permanentes y a veces abruptos.

 


Como lo muestra la imagen anterior, ante el cambio siempre existirá rechazo, miedo, disgusto, indiferencia, inconformidad, etcétera. Es el dilema eterno entre el statu quo y lo nuevo, que no debería generar peleas sino debate, acuerdos, compromisos y acciones.

La posibilidad de dar ese debate y de reconocer y permitir los cambios depende mucho de la estructura de las organizaciones, de su cultura y en general, de la política, del ejercicio del poder. El libro muestra dos comunidades de suricatas, cada una con modelos diferentes: La primera rígida y conservadora, orientada a la gestión, las jerarquías, los procedimientos y, en general, la burocracia, con muy poco espacio para el cambio y la evolución.

 La segunda más flexible y liberal, orientada al liderazgo, la comunicación, el trabajo en equipo, con más libertades para proponer, cambiar y evolucionar, aunque no del todo. Al fin de cuentas la primera ley de Newton sigue vigente para casi todo en la tierra y la inercia es el  estado natural de las cosas.


Me gustó mucho la trama del libro, que pone en la vida de las suricatas ese escenario que muchos hemos vivido cuando nos dicen !Aquí no hacemos las cosas así¡ o !Aquí siempre hemos hecho las cosas así¡  Además, deja clara la importancia tanto de la disciplina burocrática como de la libertad del liderazgo. La necesidad de mecanismos rigurosos como los organigramas y los procedimientos, así como mecanismos flexibles para deliberar, como los comités.

En el libro, aquellas suricatas que insistían en el cambio tuvieron que salir de su comunidad y enseñar y aprender sobre el cambio por fuera, para luego regresar y convencer a su comunidad, aunque no estan fácil como parece. Al final, la conclusión era evidente desde el principio. Siempre se requiere un equilibrio, una visión más holística o sistémica, se requiere la sinergia entre diferentes visiones, modelos o posiciones (y oposiciones). Y hay que recordar que la sinergia va mucho más allá de juntar o sumar las partes.

 


Hay una frase a mitad del libro que resume mucho el aprendizaje de las suricatas que salieron de su comunidad y de lo que es el libro en sí mismo:

"...Sobre el ejercicio del poder desde cualquier posición, sobre la pasión, la visión, el voluntariado y la creatividad... Sobre cómo es posible afrontar desafíos completamente nuevos y desconocidos con una rapidez asombrosa..."
Lograr los cambios tiene mucha relación con el ejercicio del poder, con la visión y pasión de las personas, en todos los ámbitos, contextos y niveles. La pasión es quizás algo muy importante para el cambio. Que la llama de  la pasión no muera es clave para no caer en la conformidad y el conservadurismo, que a veces nos condena a la desigualdad, la obsolescencia y la mediocridad. La visión es aún más relevante. A veces el problema es que no hay visión prospectiva ni perspectiva sino simple retrospectiva, anclados en la nostalgia del pasado la visión es mantenerse igual, sin cambios, aunque el mundo indique que si no se cambia se acaba todo. Pero aunque se tengan visión y pasión, sin poder es imposible que los cambios se logren, sobre todo en contextos conservadores.

Muchos consideran que es bueno esperar y que los cambios se darán posteriormente, que no hay que forzar las cosas pues al chocar con los poderosos siempre se pierde.  Por eso la pasión y la visión son claves y es algo que los líderes jamás olvidan. Pero el  liderazgo en sí mismo es insuficiente sin el poder y el poder (ya lo dijo Foucault) está en las pequeñas disciplinas, en las prácticas, en eso que llaman la gestión y que a veces se interpreta como repetir recetas, pero es otra cosa muy diferente...

Al final el libro abandona la metáfora de las suricatas y regresa a la teoría administrativa. Resume muchas de las ideas en un cuadro que procura un equilibrio entre los dos modelos clásicos de organizaciones, el modelo del liderazgo, trabajo en equipo, comunicación, debates y acuerdos y el modelo burocrático y rígido.


Siguiendo el cuadro que propone el libro, pienso que la realidad es otra y no es posible ubicarse en un cuadrante sino en el centro. Y más allá, pienso que es clave la conversación, el diálogo, el debate de argumentos y los hechos, las acciones, la demostración de lo que se hace...

En general este libro me resultó un buen pasatiempo y un buen filtro para muchas de mis ideas y acciones diarias, me generó mucha sinergia, drenó mi entropía pues refuerza muchas de mis posturas y me motiva a mantenerme firme en la insistencia por cambios y la convicción de que esos cambios no riñen con el statu quo sino que ayudan resolver problemas derivados de ese statu quo...

Confío en que muy pronto se logre pasar de !Aquí no hacemos las cosas así¡ a ¡Evaluemos y probemos todas las alternativas, ojalá juntos!...

miércoles, 20 de enero de 2021

Vigilar y Castigar - Foucault

Durante muchos años aplacé la lectura de Foucault. Si mi memoria no falla, fue desde una tarde de 1997, cuando escuché en la UFPS al profesor Adolfo Ibarra repetir muchas veces "Las palabras y las cosas". En alguna ocasión comencé ese libro en formato digital, pero lo abandoné. Sigo prefiriendo los libros físicos, pese a que soy promotor y formador (y también crítico) de lo digital. Incluso, hay libros digitales que he impreso para leerlos. Posiblemente no estaba preparado para Foucault, hasta hace unas semanas que me regalaron una versión impresa de Vigilar y Castigar y no paré de leerlo. Cada oración, cada párrafo y el estilo de la escritura me confirmaron experiencias, ideas, hipótesis, creencias y me recordaron otras lecturas.

El subtítulo de Vigilar y Castigar es "nacimiento de la prisión", pero pienso que es mucho más que eso. No es simplemente un texto histórico o una genealogía, no es solo un ensayo sobre los mecanismos de represión, vigilancia y castigo. En realidad, es un ensayo sobre cómo funciona el poder (o mejor las redes de poder), sobre su capacidad para obrar disfrazado, manipulando los detalles para normalizar y excluir la diferencia, vigilando y castigando no para corregir sino para administrar los ilegalismos. Los detalles históricos del libro son evidencia innegable, respaldo fáctico y documental de que, en esencia, muy poco ha cambiado durante siglos en materia del poder...

Mi conclusión del libro (muy personal) es que toda nuestra sociedad funciona como una prisión o mejor, como el ideal de una prisión. Son abundantes las comparaciones (y evidencia) con la escuela,  el hospital, la fábrica, el cuartel, el convento y hasta la familia. En estas pequeñas instituciones se aprecian las jerarquías, los rangos, la disciplina, la vigilancia, el castigo y hasta el suplicio. Eso de "humanidad" es meramente una palabra suave y bonita para nombrar la realidad, para nombrar la estrategia, táctica y mecanismos de las redes de poder...

El libro se organiza en cuatro (4) partes con diez (10) capítulos: (i) suplicio (capítulos 1 y 2), (ii) castigo (capítulos 3 y 4), (iii) disciplina (capítulos 5, 6 y 7) y (iv) prisión (capítulos 8, 9 y 10). En la versión física subrayé un montón de ideas y cada vez que releo subrayo y escribo notas al margen. Pues todo el libro contiene una cantidad de hechos (realidades) y argumentos que siguen vigentes y que nos ayudan a comprender y a manejar la complejidad del poder...

No soy filósofo ni pretendo serlo. Tampoco soy sociólogo, antropólogo, ni político y mucho menos escritor o crítico literario. Simplemente me gusta leer y escribir sobre lo que leo. Y por el interés que me generó este libro, quiero transcribir y comentar algunas ideas, a las cuales es muy seguro que regresaré a futuro en muchas ocasiones... Y como una imagen vale más que mil palabras, esta ilustración, que aparece al final del libro, dice muchísimo...

Ilustración citada en el libro. Referencia la obra de Nicolas Andry sobre la Ortopedia

 

I. Suplicio

Mi primer contacto con la palabra suplicio tiene origen familiar y religioso. Mi mamá solía usar esa palabra cuando quería expresar su molestia o dolor por algo: "Ay Dios mío, qué suplicio" era su expresión, que ya no usa... Siempre que le preguntábamos a mi mamá por una palabra, nos decía "busque en el diccionario" y allí buscábamos. Recuerdo que teníamos un Diccionario Aristos antiguo, una edición parecida a esta que hay en Web Archive, que con el tiempo se deterioró y que a hoy está perdida (algún dia he de rescatar una edición de esas).

Cuando el diccionario no era suficiente para saciar nuestra curiosidad, mi mamá nos remitía a algun libro. Y el libro con más ilustraciones de suplicios es la Historia Sagrada: los azotes a Jesús, la corona de espinas, el camino al calvario, la crucifixión...  Y en las clases de catequesis y en la misa siempre oí la expresión "mortificar el cuerpo para salvar el alma"...

Hablar de suplicios y castigos implica remitirse a las leyes (normas). A través de toda la historia el hombre ha creado leyes y el irrespeto a estas se considera un delito y es un problema que se resuelve con un castigo. Los delitos y los castigos aparecen detallados en las normas, como se puede apreciar en dos ejemplos antiguos: la Biblia y el Código de Hammurabi (para no citar las extensas normas actuales).

Fragmento de la Biblia, Levítico 5

Fragmento Código de Hammurabi
 

En la antigüedad, cuanto más severo y cruel el castigo, mucho mejor para todos, al punto de imponer el suplicio, el peor de los castigos, lo más parecido a eso que la religión enseñaba como el infierno, un castigo permanente, sin fin y muy doloroso. Y el suplicio era lo acostumbrado en Europa, en especial Francia, durante los siglos a los que se refiere Foucault en su libro (XVI al XIX). Posiblemente el suplicio es una herencia de la Inquisición (o mucho antes) y fue cambiando durante la Edad Media y luego con la llegada de la modernidad, hasta el establecimiento de la prisión. Parte de esa evolución es narrada por Foucault.

En Vigilar y Castigar se inicia citando el caso de Damiens, un condenado al suplicio en el año 1757. Los detalles que narra Foucault son mejores que cualquier efecto visual de película o cualquier artificio de la realidad virtual de nuestros tiempos: 

"...se le verterá plomo derretido, aceite hirviendo, pez resina ardiente, cera y azufre fundidos juntamente, y a continuación, su cuerpo estirado y desmembrado por cuatro caballos y sus miembros y tronco consumidos en el fuego, reducidos a cenizas y sus cenizas arrojadas al viento..."

Lo más interesante en esta primera parte es que Foucault expone el suplicio como un mecanismo de poder, como un procedimiento que demuestra al pueblo el poder de castigar cuando se viola la norma, pues el delito se convierte en un acto de guerra, en una insurrección o sublevación que no puede permitirse. El poder es tan grande que se puede ejercer como suplicio sobre el cuerpo de quien comete un delito, como si el cuerpo fuese propiedad del poderoso. De ahí que el primer capítulo se titule "El cuerpo de los condenados".

También se muestran detalles sobre la injusticia del suplicio, usado en muchas ocasiones para lograr una confesión del delincuente, como mecanismo para obtener la verdad y como instrumento para que la atrocidad del delito se manifieste en el castigo y el delincuente reciba el mismo sufrimiento que causó al delinquir.

Además de la crueldad del suplicio, se generaba todo un espectáculo público, para diversión del pueblo o para atemorizarlo y enseñarle que la norma debe cumplirse, so pena de recibir el mismo destino. También, como una manera de mostrar a todos la grandeza del poderoso, su infinito poder de hacer sufrir a quien se salga de la norma, de los límites ordenados. De ahí que el segundo capítulo se titule "La resonancia de los suplicios".

Esta primera parte, el libro muestra muchos detalles sobre la crueldad (maldad) de lo que le sucedía a un delincuente (o a un inocente caído en desgracia ante los poderosos). También muestra la corrupción o abusos de poder y enfatiza sobre lo equivocado del suplicio como un instrumento de poder sobre el cuerpo y sobre su fracaso como medida para enfrenta el delito. En su lugar, propone no mortificar el cuerpo sino el alma, no castigar sino corregir. A partir de ahí enfatiza sobre las demandas de unos e iniciativas de otros para cambiar los castigos y acabar con el suplicio, dando así paso a la parte II.

A continuación algunas citas que destaco de la parte I:

"Es feo ser digno de castigo, pero poco glorioso castigar"

"El psicólogo pulula como un modesto funcionario de la ortopedia moral"

"Que el castigo, si se me permite hablar así, caiga sobre el alma más que sobre el cuerpo"

"El cadalso no pierde su presa"

II. Castigo

La parte II explica por qué fracasa el suplicio y debe cambiarse por otros castigos menos crueles. Deja claro que la abolición del suplicio no es por un cambio filosófico y de pensamiento hacia el humanismo, sino una estrategia de poder, una tecnología y economía del poder. Sencíllamente, no se trata de evitar el delito ni de corregir, no se trata de las personas, se trata de mantener el poder en una red de poderosos y de ejercer ese poder.

Todo poder degrada en corrupción y esto se refleja en algo que Foucault llama "pequeños ilegalismos":

"En suma, el juego recíproco de los ilegalismos formaba parte de la vida política y económica de la sociedad"

A veces los ilegalismos aparecen como una mera exención, como un privilegio a determinados individuos o grupos. Estas exepciones a las normas son simplemente un mecanismo de poder. Y aquellos que no tenían privilegios (porque no eran poderosos), lograban en ocasiones acceder a los ilegalismos por la fuerza y por obstinación. En consecuencia, se generó una cultura de tolerancia y estímulo a los ilegalismos que obligó a un cambio en el sistema.

En la búsqueda de nuevos castigos y de acabar el suplicio, surgieron diferentes corrientes de pensamiento y propuestas de cambio. Todas estas propuestas implicaban un Castigo Generalizado (título del capítulo 3), con el fin de aplicar siempre el mismo castigo al mismo delito y conseguir que la severidad del castigo fuese consistente con la gravedad del delito. Además, con el fin de evaluar si el castigo está generando cambios en el delincuente que ameriten reducir su pena de manera gradual. Básicamente se persigue una taxonomía (llevar a lo judicial lo que hizo Linneo​ en el mundo natural) de delitos y castigos que se puedan aplicar de manera general y no personalizada. Un sistema más justo y menos cruel que los suplicios.

Esto lleva a una reducción en la crueldad de los castigos y a una cultura de corregir (una ortopedia moral), por lo que el capítulo 4 se llama La benignidad de las penas. Y Foucault insiste mucho en que el humanismo no es la corriente de pensamiento que impulsó esos cambios jurídicos, esa humanización de los castigos y desaparición del suplicio. En realidad, puesto que el suplicio era una forma de tiranía, una degradación del poder y puesto que los delitos aumentaban y la población aumentaba, se podría generar la sublevación de las masas y el poder quedaba en riesgo. Era necesario un cambio, era necesario "administrar los ilegalismos", es decir, no se trata de combatir el delito y la corrupción sino de administrarla a conveniencia del poderoso.

El cambio fue muy inteligente. El suplicio era una forma de venganza, un castigo del rey poderoso (Foucault lo llama el soberano), un mecanismo para combatir la sublevación, la anarquía, la osadía de contrariar las leyes, el irrespeto de obrar diferente cuando el mandato es normalizar. Desde esta perspectiva el castigo era malo, era costoso en lo político y lo económico y no ayudaba en nada al sistema de poder.

El cambio consistió en mostrar al soberano como un ser benevolente, benigno, misericordioso, respetuoso del cuerpo y del alma, moralista, místico, un dios... Y el delito y el delincuente se muestran como una amenaza para toda la sociedad. Quien comete un delito ataca a toda la sociedad y quien castiga ese delito está defendiendo a toda la sociedad. De esa manera el que castiga es un defensor, un salvador y obra como un educador que corrige al delicuente, como un ortopedista que corrige una mala postura moral. De esta manera se pasa del suplicio al castigo correctivo, lo que conlleva a la disciplina y la vigilancia (partes III y IV).

A continuación algunas citas de la parte II:

"...Siempre que se reúna en un mismo lugar una gran cantidad de obreros, habrá entre ellos necesariamente muchos bribones..."

"...Hay que concebir un sistema penal como un aparato para administrar diferencialmente los ilegalismos, y no, en modo alguno, para suprimirlos todos..."

"Todo malhechor, que ataca el derecho social, se convierte, por sus crímenes, en rebelde y traidor a la patria...El derecho de castigar ha sido trasladado de la venganza del soberano a la defensa de la sociedad..."

"Humanidad es el nombre respetuoso que se da a esta economía y a sus cálculos minuciosos..."

"...Se trata de constituir un Linneo de los crímenes y de las penas, de manera que cada infracción particular, y cada individuo punible, puedan caer sin arbitrariedad alguna bajo el peso de una ley general..." 

"...Contra una mala pasión, una buena costumbre; contra una fuerza, otra fuerza, pero se trata de la propia de la sensibilidad y de la pasión, no de las del poder con sus armas..."

"...Que los castigos sean una escuela más que una fiesta; un libro siempre abierto antes que una ceremonia..."

"...Dolores para quienes han sido feroces, trabajo para quienes han sido perezosos, infamia para aquellos cuya alma está degradada..."

"...Se aduce la razón de que la ociosidad es la causa general de la mayoría de los delitos..."

"...La prisión, aparato administrativo, será al mismo tiempo una máquina de modificar los espíritus..."

Pienso que esta última cita que sigue resume todo el libro y encierra una realidad compleja y terrible respecto al poder y el saber y su evolución hasta nuestros días:

"...Un déspota imbécil puede obligar a unos esclavos con unas cadenas de hierro; pero un verdadero político ata mucho más fuertemente por la cadena de sus propias ideas. Sujeta el primer cabo al plano fijo de la razón; lazo tanto más fuerte cuanto que ignoramos su textura y lo creemos obra nuestra; la desesperación y el tiempo destruyen los vínculos de hierro y de acero, pero no pueden nada contra la unión habitual de las ideas, no hacen sino estrecharla más; y sobre las flojas fibras del cerebro se asienta la base inquebrantable de los Imperios más sólidos..."

Las partes I y II estremecen el cuerpo y el alma y estimulan el pensamiento, el intelecto, para enfrentarnos a la parte III, que desafía y hace tambalear todo el sistema de creencias y conocimientos sobre el humanismo y nos revela una realidad evidente pero oculta en el sistema de poder y saber de nuestra sociedad...


III. Disciplina

Esta tercera parte me trajo un recuerdo de la niñez. Tenía yo seis (6) años cuando iniciaba la escuela y madrugamos a la primera clase, sin saber que nos correspondía en la jornada de la tarde. Cuando llegamos a la escuela ya estaban todos formados y desde la entrada se veía a los estudiantes más grandes, los de quinto grado. La formación era como un cuartel y era igual que los desfiles de las bandas marciales en ferias e igual que los desfiles de nazarenos en Semana Santa. Y todos eran iguales, salvo por sus rostros, pues el uniforme los hace ver todos iguales.

La postura del cuerpo, la manera de caminar, las técnicas de caligrafía, la forma de vestir, los horarios, los ejercicios, las rutinas, los tiempos para esas rutinas, las jerarquías, el lugar, orden y modo de las cosas... todo eso es la disciplina... Como en un viejo libro de la escuela, sin nombre: "un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar"

El capítulo 8 se llama Los cuerpos dóciles y trata sobre el control minucioso, el ejercicio de pequeñas fuerzas o pequeños poderes sobre muy pequeños detalles que al juntarse consiguen la docilidad y utilidad de las personas. La disciplina estandariza, normaliza. Es una máquina que crea un ejército al servicio del poder, pero que no podrá nunca derrocarlo, pues logra minimizar el poder individual y maximizar el poder de todo el conjunto a favor de quien ejerce la disciplina.

La disciplina es diferente de la exclavitud, la servidumbre, el vasallaje y el ascetismo, pero logra resultados similares. El recluta no es un esclavo de su superior, pero le obedece, respeta y secunda. En las diferentes jerarquías de la sociedad, la disciplina consigue el respeto, temor y el sostenimiento de un sistema de poder, pero sin ejercer ese poder como propiedad o fuerza sino manipulando finos hilos, detalles invisibles, toda una "microfísica del poder", toda una "anatomía política del detalle".

Entonces los detalles son claves para la disciplina. Yo había escuchado el refrán que dice "el diablo está los detalles" pero en este libro se cita muchísimas veces a Juan Bautista de La Salle (entre otros) para referirse a la importancia que tienen los detalles en el ejercicio del poder:

"...Aunque quienes se ocupan de los detalles son considerados como personas limitadas, me parece, sin embargo, que este aspecto es esencial, porque es el fundamento, y porque es imposible levantar ningún edificio ni establecer método alguno sin contar con sus principios. No basta tener afición a la arquitectura. Hay que conocer el corte de las piedras..." [Maréchal de Saxe]
"...¡Cuan peligroso es no hacer caso de las cosas pequeñas! Una reflexión muy consoladora para un alma como la mía, poco capaz de grandes acciones, es pensar que la fidelidad a las cosas pequeñas puede elevarnos, por un progreso insensible, a la santidad más eminente; porque las cosas pequeñas disponen para las grandes... Cosas pequeñas, se dirá, ¡ay, Dios mío!, ¿qué podemos hacer que sea grande para vos, siendo como somos, criaturas débiles y mortales? Cosas pequeñas; si las grandes se presentan, ¿las practicaríamos? ¿No las creeríamos por encima de nuestras fuerzas? Cosas pequeñas; ¿y si Dios las acepta y tiene a bien recibirlas como grandes? Cosas pequeñas; ¿se ha experimentado? ¿Se juzga de acuerdo con la experiencia? Cosas pequeñas; ¿se es tan culpable, si considerándolas tales, nos negamos a ellas? Cosas pequeñas; ¡ellas son, sin embargo, las que a la larga han formado grandes santos! Sí, cosas pequeñas; pero grandes móviles, grandes sentimientos, gran fervor, gran ardor, y, por consiguiente, grandes méritos, grandes tesoros, grandes recompensas..." [Juan Bautista de la Salle]
Además de los detalles, otro aspecto relevante de la disciplina es el cuadro (la cuadrícula):
"...La primera de las grandes operaciones de la disciplina es, pues, la constitución de "cuadros vivos" que trasforman las multitudes confusas, inútiles o peligrosas, en multiplicidades ordenadas. La constitución de "cuadros" ha sido uno de los grandes problemas de ta tecnología científica, política y económica del siglo XVIII..."

"...Se trata de organizar lo múltiple, de procurarse un instrumento para recorrerlo y dominarlo; se trata de imponerle un "orden"..."
En el sistema de poder, la disciplina opera como una máquina capaz de moldear, de normalizar a todos los individuos según se requiera. El mundo es una cuadrícula gigante y cada uno de nosotros somos piezas idénticas que articuladas (disciplinadas o articuladas por la disciplina) sostienen un complejo sistema donde pocos poderosos deciden nuestro destino:
"...En resumen, puede decirse que la disciplina fabrica a partir de los cuerpos que controla cuatro tipos de individualidad, o más bien una individualidad que está dotada de cuatro características: es celular (por el juego de la distribución espacial), es orgánica (por el cifrado de las actividades), es genética (por la acumulación del tiempo), es combinatoria (por la composición de fuerzas)..."
Y Foucault deja claro que la disciplina y su papel en el ejercicio del poder tiene origen en la guerra y en lo militar y no tanto en los grandes pensadores, filósofos y eruditos. Básicamente somos una sociedad fundada bajo la premisa de la guerra y todo el ejercicio del poder sigue esa herencia:
"...Es posible que la guerra como estrategia sea la continuación de la política. Pero no hay que olvidar que la "política" ha sido concebida como la continuación, si no exacta y directamente de la guerra, al menos del modelo militar como medio fundamental para prevenir la alteración civil. La política, como técnica de la paz y del orden internos, ha tratado de utilizar el dispositivo del ejército perfecto, de la masa disciplinada, de la tropa dócil y útil, del regimiento en el campo y en los campos, en la maniobra y en el ejercicio..."
"Los historiadores de las ideas atribuyen fácilmente a los filósofos y a los juristas del siglo XVIII el sueño de una sociedad perfecta; pero ha habido también un sueño militar de la sociedad; su referencia fundamental se hallaba no en el estado de naturaleza, sino en los engranajes cuidadosamente subordinados de una máquina, no en el contrato primitivo, sino en las coerciones permanentes, no en los derechos fundamentales, sino en la educación y formación indefinidamente progresivos, no en la voluntad general, sino en la docilidad automática."
Yo solía decir "no estamos en el ejército, esto no es un régimen castrense" al cuestionar u oponerme a imposiciones absurdas o no debatidas previamente con los involucrados. Era esa mi idea de la liberdad y la democracia. Pero leyendo a Foucault encuentro que nuestra sociedad es eso. En lugar de ciudadanos somos células,  átomos, pequeñas estructuras disciplinadas desde el hogar y la escuela para mantener un sistema de poder que lleva siglos... La aparente libertad y democracia en que vivimos se sostiene en la misma disciplina sobre la que descansa el poder que nos oprime...

Y lo dice textualmente el capítulo 6 cuando habla de "Los medios del buen encauzamiento":

"...El poder disciplinario, en efecto, es un poder que, en lugar de sacar y de retirar, tiene como función principal la de "enderezar conductas"; o sin duda, de hacer esto para retirar mejor y sacar más. No encadena las fuerzas para reducirlas; lo hace de manera que a la vez pueda multiplicarlas y usarlas. En lugar de plegar uniformemente y en masa todo lo que le está sometido, separa, analiza, diferencia, lleva sus procedimientos de descomposición hasta las singularidades necesarias y suficientes. "Encauza" las multitudes móviles, confusas, inútiles de cuerpos y de fuerzas en una multiplicidad de elementos individuales —pequeñas células separadas, autonomías orgánicas, identidades y continuidades genéticas, segmentos combinatorios."
"La disciplina "fabrica" individuos; es la técnica específica de un poder que se da los individuos a la vez como objetos y como instrumentos de su ejercicio. No es un poder triunfante que a partir de su propio exceso pueda fiarse en su superpotencia; es un poder modesto, suspicaz, que funciona según el modelo de una economía calculada pero permanente. Humildes modalidades, procedimientos menores, si se comparan con los rituales majestuosos de la soberanía o con los grandes aparatos del Estado. Y son ellos precisamente los que van a invadir poco a poco esas formas mayores, a modificar sus mecanismos y a imponer sus procedimientos..."
En todo el capítulo 6 Foucault nos muestra la disciplina en el contexto de la educación, de la pedagogía. Sobre todo cuando habla del examen y del registro documental de todos los detalles y explica su presencia en todos los ámbitos: en el hospital, en la escuela, en el ejército, en los monasterios... La disciplina es "una máquina pedagógica" que encauza la conducta:
"...Educar cuerpos vigorosos, imperativo de salud; obtener oficiales competentes, imperativo de calidad; formar militares obedientes, imperativo político; prevenir el libertinaje y la homosexualidad, imperativo de moralidad..."
Posiblemente en otro momento me refiera con mayor detalle al subcapítulo del examen, por su relación con la educación y la ciencia...
"...El examen combina las técnicas de la jerarquía que vigila y las de la sanción que normaliza. Es una mirada normalizadora, una vigilancia que permite calificar, clasificar y castigar. Establece sobre los individuos una visibilidad a través de la cual se los diferencia y se los sanciona. A esto se debe que, en todos los dispositivos de disciplina, el examen se halle altamente ritualizado. En él vienen a unirse la ceremonia del poder y la forma de la experiencia, el despliegue de la fuerza y el establecimiento de la verdad..."

La parte III cierra con el capítulo 7 El Panoptismo. La idea de El Panóptico como la prision (y la sociedad) perfecta: vigilancia omnipresente y omnipotente, disciplina total, una máquina controlada al detalle que opera con el esfuerzo en conjunto de cada individuo y que se rige por las leyes que establecen los poderosos. Sabemos y aceptamos que estamos vigilados, aunque no podemos ver a quien nos vigila. Y sabemos y aceptamos que si nuestra conducta es contraria a la norma seremos castigados por quien nos vigila. Entonces actuamos según la norma (o simulamos hacerlo), pues vivimos en una prisión panóptica en la que no podemos ocultar nada de lo que hacemos.

No escribiré mucho sonbre el panoptismo. Me limitaré a decir que las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) se han convertido en ese sueño del panóptico, aunque posiblemente esté fracasando y generando un monstruo mucho más complejo y peligroso. Esto nos pone en un dilema ético a quienes trabajamos con TIC...

 

Fuente https://www.nytimes.com/2013/07/21/books/review/the-panopticon-by-jenni-fagan.html

Cierro esta parte con algunas citas del capítulo 7 sobre el panoptismo:

"...Pero lo propio de las disciplinas es que intentan definir respecto de las multiplicidades una táctica de poder que responde a tres criterios: hacer el ejercicio del poder lo menos costoso posible (económicamente, por el escaso gasto que acarrea; políticamente por su discreción, su poca exteriorización, su relativa invisibilidad, la escasa resistencia que suscita), hacer que los efectos de este poder social alcancen su máximo de intensidad y se extiendan lo más lejos posible, sin fracaso ni laguna; ligar en fin este crecimiento "económico" del poder y el rendimiento de los aparatos en el interior de los cuales se ejerce (ya sean los aparatos pedagógicos, militares, industriales, médicos), en suma aumentar a la vez la docilidad y la utilidad de todos los elementos del sistema..."
"...Las disciplinas sustituyen el viejo principio "exacción-violencia" que regía la economía del poder, por el principio "suavidad-producción-provecho". Se utilizan como técnicas que permiten ajustar, según este principio, la multiplicidad de los hombres y la multiplicación de los aparatos de producción (y por esto hay que entender no sólo "producción" propiamente dicha, sino la producción de saber y de aptitudes en la escuela, la producción de salud en los hospitales, la producción de fuerza destructora con el ejército)..."
"...En una palabra, las disciplinas son el conjunto de las minúsculas invenciones técnicas que han permitido hacer que crezca la magnitud útil de las multiplicidades haciendo decrecer los inconvenientes del poder que, para hacerlos justamente útiles, debe regirlas. Una multiplicidad, ya sea un taller o una nación, un ejército o una escuela, alcanza el umbral de la disciplina cuando la relación de una a otra llega a ser favorable..."
"...la disciplina es el procedimiento técnico unitario por el cual la fuerza del cuerpo está con el menor gasto reducida como fuerza "política", y maximizada como fuerza útil..."

 

IV. Prisión

La última parte del  libro presenta todos los detalles sobre el concepto ideal de una prisión, de la mano con el ideal del panoptismo que conjuga la disciplina, la vigilancia y el castigo. Lo que más me cautivó de esta parte es que dedica un capítulo completo a los ilegalismos y enfatiza el fracaso de la prisión y la realidad del poder (y el saber) como único eje de la sociedad actual (pues poco ha cambiado a mi parecer).

Voy a limitarme a transcribir algunas citas de cada capítulo para pasar a concluir y cerrar esta larga entrada, que me ayudó un poco a consolidar las ideas de este primer encuentro con Foucault.

"...La prisión: un cuartel un tanto estricto, una escuela sin indulgencia, un taller sombrío; pero, en el límite, nada de cualitativamente distinto..."

"...Sumido en la soledad, el recluso reflexiona. Sólo en presencia de su crimen, aprende a odiarlo, y si su alma no está todavía estragada por el mal, será en el aislamiento donde el remordimiento vendrá a asaltarlo..."

"...El aislamiento asegura el coloquio a solas entre el detenido y el poder que se ejerce sobre él..."

"...Solo en su celda, el detenido queda entregado a sí mismo; en el silencio de sus pasiones y del mundo que lo rodea, desciende a lo profundo de su conciencia, la interroga y siente despertarse el sentimiento moral que no perece jamás por completo en el corazón del hombre..."

"...La prisión no es un taller; es —es preciso que sea en sí misma— una máquina de la que los detenidos-obreros son a la vez los engranajes y los productos; la máquina los "ocupa" y esto "continuamente, así sea tan sólo con el fin de llenar su tiempo. Cuando el cuerpo se agita, cuando el ánimo se aplica a un objeto determinado, las ideas importunas se alejan, el sosiego renace en el alma..."

"...hay que asombrarse de que desde hace 150 años la proclamación del fracaso de la prisión haya ido siempre acompañada de su mantenimiento..."

 "...Sería preciso entonces suponer que la prisión, y de una manera general los castigos, no están destinados a suprimir las infracciones; sino más bien a distinguirlas, a distribuirlas, a utilizarlas; que tienden no tanto a volver dóciles a quienes están dispuestos a transgredir las leyes, sino que tienden a organizar la trasgresión de las leyes en una táctica general de sometimientos. La penalidad sería entonces una manera de administrar los ilegalismos, de trazar límites de tolerancia, de dar cierto campo de libertad a algunos, y hacer presión sobre otros, de excluir a una parte y hacer útil a otra; de neutralizar a éstos, de sacar provecho de aquellos. En suma, la penalidad no "reprimiría" pura y simplemente los ilegalismos; los "diferenciaría", aseguraría su "economía" general. Y si se puede hablar de una justicia de clase no es sólo porque la ley misma o la manera de aplicarla sirvan los intereses de una clase, es porque toda la gestión diferencial de los ilegalismos por la mediación de la penalidad forma parte de esos mecanismos de dominación. Hay que reintegrar los castigos legales a su lugar dentro de una estrategia legal de los ilegalismos. El "fracaso" de la prisión puede comprenderse sin duda a partir de ahí..."

"...El punto de origen de la delincuencia no lo asignan al individuo criminal (que no es otra cosa que la ocasión o la primera víctima), sino a la sociedad: "El hombre que nos da la muerte no es libre de no dárnosla. La culpable es la sociedad, o para estar más en lo cierto es la mala organización social..."

"...¿Cuál es su profesión? Esta pregunta es la expresión más simple del orden que se establece en la sociedad; la vagancia le repugna y la perturba; es preciso tener una profesión estable, continua, de larga duración, pensamientos de porvenir, de establecimiento futuro, para tranquilizarla contra todo ataque." Es preciso en fin tener un amo, hallarse inserto y situado en el interior de una jerarquía; no se existe sino fijo en unas relaciones definidas de dominación..."

A manera de conclusiones (muy personales...)

Foucault no juzga como malo o bueno ni el poder ni sus mecanismos (como la disciplina, el panoptismo, la prisión...). Pero si deja claro que el poder es el centro de nuestra sociedad y logra mostrarnos que la disciplina constituye la base de todas las estructuras sociales: la familia, la escuela, el hospital, el trabajo, la religión, las fuerzas armadas, el gobierno... todo... y durante siglos...

Algunos consideran que Vigilar y Castigar es una denuncia sobre cómo opera el poder en la sociedad y sobre la paradoja que se genera con relación a las ideas de  libertad y democracia. ¿Somos libres? ¿Participamos de una democracia que nos permite proponer, debatir y decidir? En realidad no. El sistema es tan complejo que desde la familia nos condicionan (mediante la disciplina) a mantenerlo sin cuestionarlo y reproducirlo, a vivir dentro de sus cuadros, a ser uno más de sus individuos. ¿Tiene algo de malo eso? Si....

Lo que Foucault llama los pequeños ilegalismos sigue vigente y  poco a poco el sistema se degrada, se corrompe, llega al borde del precipicio y obliga a realizar cambios. Posiblemente la época actual es ese momento de cambio y depende de nosotros... ¿Estaremos preparados?...

Que todo en nuestra sociedad funcione muy parecido a esa prisión ideal que describe Foucault y que por siglos nada haya cambiado, nos implica un ejercicio  intelectual y ético complejo pero interesante de cara al futuro. En los pequeños detalles de nuestra cotidianidad está la posibilidad de cambiar muchas cosas, pues en esos pequeños detalles y en sus disciplinas es donde reside ese poder invisible que "se asienta inquebrantable y sólido sobre las flojas fibras de nuestro cerebro"...