martes, 15 de enero de 2019

Sobre los bulos o noticias falsas (hoax, fake news, spam...)


Fuente https://en.wikipedia.org/wiki/Fliegende_Bl%C3%A4tter#/media/File:Kaninchen_und_Ente.png Ilusión óptima anónima de 1892 en Revista Alemana Fliegende Blätter

En septiembre de 2016 escribí una nota en Facebook sobre la palabra bulo, que el Diccionario de la Real Academia de la lengua define como "noticia falsa propalada con algún fin". En aquella época la motivación fueron las mentiras que circulaban en redes sociales respecto al acuerdo de paz entre el Gobierno Colombiano y las FARC. Hoy quiero releer y reescribir al respecto pues me llegó por WhatsApp una cadena titulada Futoji no Henko, que circuló por correo hace más de cinco años y que aún siguen compartiendo sin la precaución de verificar su origen y veracidad. A continuación comparto la prueba fáctica del mensaje que me llegó, sin revelar nombres de personas naturales o jurídicas.

Fuente Captura de Pantalla Grupo WhatsApp

La cadena ha tenido tal alcance que existen sitios muy formales y confiables donde la han propagado. Y no me refiero a las agencias de noticias que están a merced del "capitalismo del click y los like" sino a entidades del gobierno y la academia, como precisamente me sucedió a mi, que me llegó de un grupo de profesores universitarios. Para la muestra dejo la evidencia (respaldada en Web Archive) de las publicaciones del Ministerio de Educación Nacional y el Observatorio de Universidades.
 
Muchas de las ideas que aparecen en la cadena son interesantes y espero sacar el tiempo para escribir específicamente sobre su contenido. Pero mi interés en ésta entrada es la complejidad de evitar, identificar y detener los engaños, falsedades o bulos (en inglés hoax y fake news) que se vuelven verdades por la fuerza de la repetición, por la cantidad de personas que las repiten y la frecuencia con que lo hacen (como el email spam). Además, las graves consecuencias de que las mentiras se vuelvan verdades por repetición, sobre todo en un mundo que es digital, donde la mayoría de las personas leen mucho más en sus dispositivos móviles y sus redes sociales, como se puede apreciar en la Encuesta Nacional de Lectura, de la que comparto dos gráficas.
 


 
Me interesa evitar, identificar y detener los bulos porque como profesores universitarios tenemos la responsabilidad de educar y liderar cambios en la sociedad desde el rigor de la Academia. Y es muy preocupante que en un grupo de WhatsApp de profesores se propaguen bulos. Una cosa son las cadenas de chistes, mémes y críticas, que tienen un fin educativo o recreativo y otra cosa muy diferente es aceptar y propagar ciegamente las mentiras.

En ese sentido, un artículo que conviene mantener a la mano, releer, compartir, discutir y extender es ¿Cómo desmontar un bulo? Usando ciencia para explicar ciencia. Allí hay dos ideas importantes que siempre recuerdo y reescribo: "Vivimos en un mundo en el que la información disponible rebasa con creces nuestra capacidad de procesarla de forma crítica..." y "... la gente no se comporta como un ordenador donde simplemente hay que descargar la información correcta. Los procesos cognitivos (y emocionales) implicados en formar creencias son mucho más complicados y variados...".
 
Entonces una solución elemental es la lectura crítica, que en nuestra época implica la verificación rigurosa de las fuentes. Un mensaje que llega por chat, email o redes sociales y que no tiene fuentes para su verificación merece siempre la duda metódica propuesta desde la edad media por Descartes, lo que se supone es la base del método científico. Hay que profundizar un poco más en la información que nos llega, "hay que moler un poco más" solía decir un profesor de Seminario de Investigación en la Universidad Nacional. O bien leemos más teoría o hacemos más experimentos, pero no podemos "tragar entero" y menos "hacer que los demás traguen entero".
 
Y, aunque no es fácil leer todo lo que llega, debido a la inundación permanente de información y desinformación, lo mínimo que los profesores podemos hacer es evitar y denunciar los bulos. Algo difícil y costoso, pues lógicamente resulta molesto para muchos que les critiquen sus publicaciones. Pero mi posición es seguir haciéndolo y mi invitación es a que todos lo hagamos. Para eso les comparto una guía sobre cómo refutar mitos en español y en inglés, que se cita y usa en el artículo mencionado previamente. Además les comparto un paper del mismo autor de la mencionada guía.

Pero de nada sirve disponer de información confiable para combatir los bulos. Es necesario un cambio en la actitud intelectual. Al respecto quiero compartir un paper en el que mencionan que una causa para que las mentiras (fake news, hoax, spam) se propaguen es el pensamiento perezoso, más que el sesgo y la manipulación de la información. Por ejemplo, regresando al caso específico sobre Futoji no Henko y suponiendo que creemos en todo lo que leemos sin apelar a la crítica, la búsqueda elemental sobre esa expresión en bases de datos científicas no arroja resultados, lo cual ya implica dudar. Y si se busca en blog y sitios no reconocidos, fácilmente encontrarán una entrada del año 2013 que desmiente la cadena y genera la duda.
 
Entonces, ese pensamiento perezoso ayuda a entender el comportamiento de las personas en chat, email o redes sociales, que comparten todo sin leer críticamente, a veces incluso sin leer. Al respecto, hay un paper muy interesante de 2016, que puede ayudar mucho en la guerra contra los bulos. Allí y en una entrevista a uno de los autores se muestra evidencia de que "las personas son más propensas a compartir un artículo que a leerlo... el típico comportamiento moderno de consumo de información, donde las personas forman su opinión con un resumen o con el resumen del resumen, sin esforzarse en profundizar". Y si nosotros recibimos mensajes basura y ayudamos a difundirlos, estamos haciendo todo lo contrario a nuestra labor de profesores, en lugar de formar con el ejemplo y liderar la reforma de nuestra sociedad, la estamos deformando.

Para cerrar, la imagen que aparece al inicio de esta entrada es una ilusión óptica antigua, del año 1892, en una revista alemana, cuya fuente pueden verificar. Algunos puede ver un pato y otros un conejo. Algo similar pasa con los bulos, son desafíos intelectuales y debemos evitar que nos metan pato por liebre.

lunes, 14 de enero de 2019

Escribir diariamente ¿a qué horas? ¿dónde? ¿sobre qué?

Fuente https://co.pinterest.com/miljeveco/boards/

Suelo escribir y leer mucho, cada minuto, cada hora, cada día. Pero lo que escribo son pequeños textos, como la metáfora de Twitter, un gorjeo, un pequeño canto de pájaro que pocas veces completa una canción. Escribo en todas partes: en Twitter, en Facebook, en WhatsApp o email y en borradores de mis Blog. Estos últimos se convierten en textos completos y con forma decente muy de vez en cuando, aunque el ideal y el eterno propósito es que sea a diario o por lo menos semanal.

Al finalizar el año 2008 hice el ejercicio de escribir todos los días, durante las misas de aguinaldos. La misa era a las 5 a.m. por lo que madrugaba para bañarme, preparar y tomar café y caminar un par de cuadras hasta la iglesia. Siempre estaba de regreso a casa a eso de las 6:20 a.m. Durante los nueve días, después de misa y antes de desayunar, escribí un breve resumen de la homilía con mis aportes personales.

Nunca había hecho ese ejercicio de escribir en la mañana, siempre suelo hacerlo en la noche, pues me considero noctámbulo. Pero superé la prueba, liberé mucha entropya y capté bastante synergya gracias a ese ejercicio de asistir a misa de aguinaldos y luego escribir. No obstante dejé de escribir. Y quedaron muchos pendientes, ya pasó la Navidad, llegó el Año Nuevo 2019 y han pasado catorce (14) días, contando el de hoy. Además, las vacaciones ya casi se acaban, así que es momento de volver a escribir...

...Mientras escribía los dos párrafos anteriores apareció el mono procastinador del que habla Tim Urban en su blog y que resume en su charla TED. El mono tomó el timón y me llevó por dos caminos diferentes, hasta que el monstruo del pánico (del que también habla Tim Urban) me avisó que era hora de almorzar y que pasaría el día catorce de 2019 sin terminar de escribir una entrada completa. Uno de los caminos por los que me llevó el mono procastinador fue precisamente esa palabra de moda "procastinar", que yo relaciono con dos refranes aprendidos en la escuela:

"No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy"
"Por el camino del después se llega a la casa del nunca"

Leer el blog y ver la charla TED de Tim Urban me ayudó a lanzar al mono procastinador por la borda y retomar el timón. Procastinar se convierte en un sinónimo de entropya, siguiendo la filosofía de éste blog...

Dije antes que el mono procastinador me llevó por dos caminos diferentes. El primer camino fue la procastinación, algo trágico y cómico: procastiné el plan original viendo videos y leyendo sobre procastinación. El segundo camino se relaciona con la idea original que planteé en el título ¿a qué horas escribir? Pues resulta que recordé una infografía sobre los hábitos de los escritores, muchos de ellos Premio Nobel de literatura. Y luego recordé un artículo del año 2015 donde mencionan que hay dos tipos de personas, diurnos (alondras) y nocturas (buhos) y encontré otro artículo similar del año 2018, con la siguiente imagen que tomo prestada con la correspondiente citación.

Fuente https://elpais.com/elpais/2018/06/04/laboratorio_de_felicidad/1528092346_519654.html

Ya había insinuado antes (en otra entrada) que al escribir sobre algo profundizo demasiado en ese algo, incluso cuando ya he leído y tengo abundantes referencias. Mi ego lector es enemigo de mi ego escritor, esa es mi entropya. Al final escribo bastante pero no lo suficiente, aunque si lo necesario, nunca demasiado, esa es mi synergya.

Dicho esto último, para concluir, debo responder las tres preguntas formuladas en el título ¿a qué horas escribir? ¿dónde escribir? ¿sobre qué escribir? 
  • Aunque soy buho, la vida me ha obligado a ser alondra, así que trataré de escribir en la mañana, lo más temprano posible, aunque hoy estoy finalizando en la noche.
  • Aunque prefiero escribir en la soledad, privacidad y tranquilidad de mi casa, ya inicia la temporada laboral, de manera que me veré forzado a intentarlo en el bullicio y la intermitencia de la oficina.
  • Aunque lo cotidiano y la coyuntura dan mucho tema para escribir, he procurado que mis entradas sean más cercanas a mis ideales, más trascendentales y menos pragmáticas. Tema nunca faltará, la cuestión es darle tiempo y espacio a los temas y a la escritura.
Finalmente, se me viene a la memoria un fragmento de una canción de Silvio Rodriguez: "...por aquí, por allá, por mañana, por hoy, por todo espacio, por todo tiempo..."