jueves, 19 de diciembre de 2019

Soledad y fortaleza

Había escrito en otro blog sobre la dualidad individuo y grupo, sobre la importancia de los equipos de trabajo, de los grupos de personas, en contraste con el valor de las libertades individuales. Allí citaba la Teoría del Gran Hombre de Thomas Carlyle y la crítica de Herbert Spencer. Dos fragmentos que copio a continuación para contrastar:
  • "Los grandes hombres no viven en vano. La historia del mundo no es sino la biografía de grandes hombres" ("No great man lives in vain. The history of the world is but the biography of great men").
  • "Hay que admitir que el surgimiento de un gran hombre depende de una larga sucesión de influencias complejas, producidas por su raza y la sociedad en que creció... Antes de que un hombre rehaga la sociedad, su sociedad debe hacerlo a él" ("You must admit that the genesis of a great man depends on the long series of complex influences which has produced the race in which he appears, and the social state into which that race has slowly grown.... Before he can remake his society, his society must make him").

Recordé esto porque intentaba escribir algo sobre un artículo que leí hace unos días. El artículo trataba sobre las personas que salen a vivir solas desde muy jóvenes y sobre las implicaciones de la vida solitaria. En ese artículo mencionan un proverbio sueco que me gustó: "ensam är stark" que traduce en español "el que está solo es fuerte" (en inglés "there is strength in being alone" o "alone is strong"). Hay mucho para pensar y dialogar en torno a ese proverbio...

También, posiblemente porque estos días de novena de aguinaldos nos llevan a la reflexión y a recuperar nuestra espiritualidad, recordé un pasaje bíblico que leí hace muchísimos años, cuando era adolescente, en un libro que me prestaron de Og Mandino: "No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia"(Isaías 41:10). En el libro de Og Mandino decía algo así como "Yo te sostengo de la mano y no dejaré que tropieces"...

Y curiosamente, ayer vi un video del padre Alberto Linero sobre la soledad en navidad y cuatro sugerencias para fortalecerse:
  1. Aceptar la realidad tal cual es.
  2. Tratar de generar dinámicas que mitiguen esta soledad.
  3. Celebrar, porque siempre hay razones con celebrar y siempre hay alguien con quién celebrar.
  4. Tener una experiencia espiritual fuerte: recuerda que Él no te va a abandonar
La soledad y las adversidades nos hacen más fuertes. Lo importante es no permitirnos la derrota, sino continuar, insistir, no rendirse nunca. Al fin de cuentas el tiempo pasa, como dice un poema holandés que leí hace algunos años y que acabo de recordar:
 
Querido Ari
Pierde cuidado

El mundo es redondo
y nunca ha cambiado

La gente es mala
La gente es buena

Pero todos marchan
por la misma senda

Cuanto más vives
menos años duras

Emerges del agua
y el fuego cruzas

Por eso Ari querido
Pierde cuidado

Que el mundo gira
y seguirá girando
 

...En general los años pasan igual
desde Platón nada cambió...

Que la entropya de la soledad y las adversidades nos fortalezca esta navidad y nos ayude a lograr mucha synergya, para continuar adelante, para insistir en cambiarnos un poquito y en cambiar un poquito el mundo, para mejorarnos y mejorar nuestra humanidad...

miércoles, 18 de diciembre de 2019

Leer y escribir y la metáfora de la respiración...

Quiero referirme a esta metáfora que encontré en redes sociales hace algunos días:


Sin profundizar mucho en su origen (aquí un par de referencias de 2015 y 2018), al parecer proviene de Pam Allyn, una experta en innovación educativa y motivación: leer y escribir no pueden separarse, leer es inhalar y escribir es exhalar... son dos procesos complementarios.

Suponga que inhala o aspira aire pero no lo exhala. Inténtelo por unos minutos, varias veces... !No se pueden separar¡ Algo similar sucede con el ejercicio de leer sin escribir, similar, también, al ejercicio de aprender sin compartir lo aprendido o enseñarlo.

Y es que sobre estas dos actividades humanas (la lectura y la escritura) hay mucho material para leer y escribir. Por ejemplo: (i) El poema de Borges que inicia diciendo "Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído". (ii) Un artículo donde se afirma que "con Borges la literatura se convierte radicalmente en la escritura de una lectura y en la lectura de una escritura". (iii) El libro ¿Por qué escribo? de Dario Botero Uribe donde aparecen frases como "...escribo para comunicarte que excepto por tu mirada, todo lo he aprendido en los libros...". (iv) Esta infografía sobre los hábitos de los escritores famosos. Y, como no hay quinto malo, (v) esta entrevista a Hector Abad Faciolince sobre su libro más reciente "Lo que fue presente", basado en sus diarios y escritos no publicados...

Esa entrevista a Hector Abad me recordó los diarios que solía llevar con mucha frecuencia hace 25 años y que con el tiempo fui dejando. Hoy por hoy mis diarios se convirtieron en notas sobre lo que leo, que después uso para escribir en mis blog. Y entonces recuerdo, también, que con frecuencia la gente me hace dos preguntas ¿por qué siempre tiene un libro con usted? ¿está leyendo ese libro? Y mi respuesta suele ser, no lo estoy leyendo, estoy escribiendo en mi blog sobre el libro, según mi libreta de notas de lo que he leído...

Definitivamente esa metáfora resultó bastante interesante y hermosa, es imposible separar la lectura y la escritura... Y por estos días llenos de tecnología e inmediatez, pienso que nuestra respiración es agitada, vamos leyendo y escribiendo a ritmos acelerados en todas las redes sociales. Muchos suspiros o gritos por minuto en Twitter, Facebook WhatsApp y todos los medios posibles. Suspiros y gritos permanentes hasta que nuestro yo más interior nos escucha, se apiada de nosotros y escribe algunos párrafos para liberarnos...


jueves, 5 de diciembre de 2019

El ingenio de los animales (visto desde el ingenio humano)

Estoy leyendo por estos días El ingenio de los pájaros, de Jennifer Ackerman. Es un libro interesante con una cantidad de nombres de pájaros y lugares que pocos podremos conocer presencialmente. A veces debemos conformarnos con las palabras. Allí se comentan situaciones reales, con evidencia, sobre aves que muestran rasgos de comportamiento inteligente o ingenioso. Dado que vivimos la era de la Inteligencia Artificial, es un libro recomendado para todos.

Portada del libro de Ackerman

Curiosamente leí también por estos días un titular de prensa, basado en un artículo científico, en el que mencionan cerdos que usan herramientas, lo cual era, hasta ahora, un rasgo de inteligencia exclusivo de primates, humanos y, según Ackerman en el libro anterior, ciertas especies de pájaros.

Mientras los científicos de la computación siguen trabajando en crear artefactos con Inteligencia Artificial (IA), los científicos naturales siguen estudiando la Inteligencia Natural. Ambas investigaciones me gustan, pero me atrae mucho más la primera y por estos días me comienza a interesar aún más la influencia de la Inteligencia Artificial en la Inteligencia Natural, algo que podría caber en el plano de las humanidades digitales.

Un caso reciente sobre la influencia de la Inteligencia Artificial en la Inteligencia Natural es la capacidad de manipulación mediática de las redes sociales y todos los medios de comunicación. El término más popular al respecto es fake news o bulo y consiste en aprovechar los algoritmos de Inteligencia Artificial para sugerir contenidos a las personas. Cuanto más la Inteligencia Natural se deja engañar, mayor es el éxito de la Inteligencia Artificial. Y aunque eso determina en parte el fracaso de la especie humana, algunos lo consideran la gran maravilla, pues hay monopolios de la economía digital y de la política que ven crecer su "patrimonio" y su "buen nombre" gracias a la IA y su capacidad para mantenernos engañados...

Regresando al libro de Ackerman, que espero finalizar en estos días, los pájaros parecen ser más inteligentes que los seres humanos, pues no se dejan engañar tan fácilmente. Faltaría probar a infiltrar un robot pájaro en los bosques y si esa Inteligencia Artificial triunfa, entonces podremos decir que fracasamos como especie...