Hay una columna del filósofo Fernando Savater en El País que se titula "Opiniones Respetables".
Screenshot de El País |
Allí plantea que una opinión no se puede interpretar como una afirmación categórica, como un dogma o verdad irrefutable, como algo que merece un respeto y reverencia. Por el contrario, una opinión se somete al escrutinio, a la controversia, al debate y la argumentación.
Dice Savater que cuando alguien dice "yo opino" hay, por lo menos, dos usos: el uso impecable y el uso espurio. En el primer uso, el impecable, manifiesto que no estoy seguro de lo que digo y que acepto mi posible equivocación y confío en que se compruebe o verifique lo que digo, en lugar de darlo por aceptado. Y no importa quién soy yo. Mi opinión no se puede respaldar con la mi autoridad, mi poder, mi prestigio o el aprecio que me tengan.
El el segundo uso, el espurio, se intenta imponer mi opinión como una hipótesis respetable y se asumirá como un ataque personal cualquier objeción o controversia y cualquier intento por refutarla. ¿No son las hipótesis objeto de comprobación?. ¿Por qué deberían respetarse per se?. Por eso este uso se considera espurio.
Savater cierra su columna con humor, citando los principios de la Física sobre la relatividad y la incertidumbre. Su crítica apunta a la equivocación de asumir una opinión como respetable simplemente porque todo es relativo y no podemos estar seguros de nada.
Concuerdo con Savater. Hay que separar a la persona y su opinión. La persona siempre será objeto de respeto, su opinión, en cambio, siempre será objeto de controversia, incluso y con mayor razón si esa opinión es una hipótesis. No es un irrespeto a la persona cuando uno controvierte o discrepa de su opinión, ni cuando se refuta o argumenta contra lo que esa persona opina.
Conviene agregar a las palabras de Savater que tenemos la obligación de sustentar el por qué de nuestra opinión. Ese por qué facilita el diálogo al centrar la atención en confrontar la opinión y sus por qué, en lugar de pasar al plano personal, donde todos perdemos algo.
Recordé unas palabras de Mario Mendoza en una entrevista sobre su libro Leer es Resistir: Mario Mendoza explica que las personas que no leen piensan que sus opiniones son tan respetables como ellos y, en cambio, quienes leen sopesan su opinión, contrastan, dudan, cuestionan.
La opinión genera entropya, dudar, cuestionar, resistir genera synergya, junto al respeto y aprecio a las personas. Es clave el respeto a la persona y al derecho que tiene la persona de expresarse. Pero eso que expresa hay que "irrespetarlo", un "irrespeto" que debe traducirse como cuestionar, debatir...
Aunque nos llamen irrespetuosos, seguiremos debatiendo lo que corresponda, porque el debate nos une en la diferencia, el debate es esa synergya que nos salva de la entropya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Libertad de expresión pero con identificación. Díme quién éres y comenta este blog...