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Suelo escribir y leer mucho, cada minuto, cada hora, cada día. Pero lo que escribo son pequeños textos, como la metáfora de Twitter, un gorjeo, un pequeño canto de pájaro que pocas veces completa una canción. Escribo en todas partes: en Twitter, en Facebook, en WhatsApp o email y en borradores de mis Blog. Estos últimos se convierten en textos completos y con forma decente muy de vez en cuando, aunque el ideal y el eterno propósito es que sea a diario o por lo menos semanal.
Al finalizar el año 2008 hice el ejercicio de escribir todos los días, durante las misas de aguinaldos. La misa era a las 5 a.m. por lo que madrugaba para bañarme, preparar y tomar café y caminar un par de cuadras hasta la iglesia. Siempre estaba de regreso a casa a eso de las 6:20 a.m. Durante los nueve días, después de misa y antes de desayunar, escribí un breve resumen de la homilía con mis aportes personales.
Nunca había hecho ese ejercicio de escribir en la mañana, siempre suelo hacerlo en la noche, pues me considero noctámbulo. Pero superé la prueba, liberé mucha entropya y capté bastante synergya gracias a ese ejercicio de asistir a misa de aguinaldos y luego escribir. No obstante dejé de escribir. Y quedaron muchos pendientes, ya pasó la Navidad, llegó el Año Nuevo 2019 y han pasado catorce (14) días, contando el de hoy. Además, las vacaciones ya casi se acaban, así que es momento de volver a escribir...
...Mientras escribía los dos párrafos anteriores apareció el mono procastinador del que habla Tim Urban en su blog y que resume en su charla TED. El mono tomó el timón y me llevó por dos caminos diferentes, hasta que el monstruo del pánico (del que también habla Tim Urban) me avisó que era hora de almorzar y que pasaría el día catorce de 2019 sin terminar de escribir una entrada completa. Uno de los caminos por los que me llevó el mono procastinador fue precisamente esa palabra de moda "procastinar", que yo relaciono con dos refranes aprendidos en la escuela:
"No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy"
"Por el camino del después se llega a la casa del nunca"
Leer el blog y ver la charla TED de Tim Urban me ayudó a lanzar al mono procastinador por la borda y retomar el timón. Procastinar se convierte en un sinónimo de entropya, siguiendo la filosofía de éste blog...
Dije antes que el mono procastinador me llevó por dos caminos diferentes. El primer camino fue la procastinación, algo trágico y cómico: procastiné el plan original viendo videos y leyendo sobre procastinación. El segundo camino se relaciona con la idea original que planteé en el título ¿a qué horas escribir? Pues resulta que recordé una infografía sobre los hábitos de los escritores, muchos de ellos Premio Nobel de literatura. Y luego recordé un artículo del año 2015 donde mencionan que hay dos tipos de personas, diurnos (alondras) y nocturas (buhos) y encontré otro artículo similar del año 2018, con la siguiente imagen que tomo prestada con la correspondiente citación.
Fuente https://elpais.com/elpais/2018/06/04/laboratorio_de_felicidad/1528092346_519654.html |
Ya había insinuado antes (en otra entrada) que al escribir sobre algo profundizo demasiado en ese algo, incluso cuando ya he leído y tengo abundantes referencias. Mi ego lector es enemigo de mi ego escritor, esa es mi entropya. Al final escribo bastante pero no lo suficiente, aunque si lo necesario, nunca demasiado, esa es mi synergya.
Dicho esto último, para concluir, debo responder las tres preguntas formuladas en el título ¿a qué horas escribir? ¿dónde escribir? ¿sobre qué escribir?
- Aunque soy buho, la vida me ha obligado a ser alondra, así que trataré de escribir en la mañana, lo más temprano posible, aunque hoy estoy finalizando en la noche.
- Aunque prefiero escribir en la soledad, privacidad y tranquilidad de mi casa, ya inicia la temporada laboral, de manera que me veré forzado a intentarlo en el bullicio y la intermitencia de la oficina.
- Aunque lo cotidiano y la coyuntura dan mucho tema para escribir, he procurado que mis entradas sean más cercanas a mis ideales, más trascendentales y menos pragmáticas. Tema nunca faltará, la cuestión es darle tiempo y espacio a los temas y a la escritura.
Finalmente, se me viene a la memoria un fragmento de una canción de Silvio Rodriguez: "...por aquí, por allá, por mañana, por hoy, por todo espacio, por todo tiempo..."
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