miércoles, 3 de marzo de 2021

Sobre el libro ¡Aquí no hacemos las cosas así!

El año pasado, mientras esperaba en la fila de un supermercado para pagar, estuve hojeando un libro titulado !Aquí no hacemos las cosas así¡ de John Kooter y Holger Rathgeber. Leí las dos primeras páginas y decidí comprarlo. Al llegar a casa lo leí sin detenerme. Hay varias cosas interesantes sobre es libro que me gustaría escribir:

Me gustaron mucho las ilustraciones del libro, el cual usa las comunidades de suricatas como metáfora para hablar sobre el liderazgo y la gestión de las organizaciones en el contexto actual de cambios acelerados, profundos, permanentes y a veces abruptos.

 


Como lo muestra la imagen anterior, ante el cambio siempre existirá rechazo, miedo, disgusto, indiferencia, inconformidad, etcétera. Es el dilema eterno entre el statu quo y lo nuevo, que no debería generar peleas sino debate, acuerdos, compromisos y acciones.

La posibilidad de dar ese debate y de reconocer y permitir los cambios depende mucho de la estructura de las organizaciones, de su cultura y en general, de la política, del ejercicio del poder. El libro muestra dos comunidades de suricatas, cada una con modelos diferentes: La primera rígida y conservadora, orientada a la gestión, las jerarquías, los procedimientos y, en general, la burocracia, con muy poco espacio para el cambio y la evolución.

 La segunda más flexible y liberal, orientada al liderazgo, la comunicación, el trabajo en equipo, con más libertades para proponer, cambiar y evolucionar, aunque no del todo. Al fin de cuentas la primera ley de Newton sigue vigente para casi todo en la tierra y la inercia es el  estado natural de las cosas.


Me gustó mucho la trama del libro, que pone en la vida de las suricatas ese escenario que muchos hemos vivido cuando nos dicen !Aquí no hacemos las cosas así¡ o !Aquí siempre hemos hecho las cosas así¡  Además, deja clara la importancia tanto de la disciplina burocrática como de la libertad del liderazgo. La necesidad de mecanismos rigurosos como los organigramas y los procedimientos, así como mecanismos flexibles para deliberar, como los comités.

En el libro, aquellas suricatas que insistían en el cambio tuvieron que salir de su comunidad y enseñar y aprender sobre el cambio por fuera, para luego regresar y convencer a su comunidad, aunque no estan fácil como parece. Al final, la conclusión era evidente desde el principio. Siempre se requiere un equilibrio, una visión más holística o sistémica, se requiere la sinergia entre diferentes visiones, modelos o posiciones (y oposiciones). Y hay que recordar que la sinergia va mucho más allá de juntar o sumar las partes.

 


Hay una frase a mitad del libro que resume mucho el aprendizaje de las suricatas que salieron de su comunidad y de lo que es el libro en sí mismo:

"...Sobre el ejercicio del poder desde cualquier posición, sobre la pasión, la visión, el voluntariado y la creatividad... Sobre cómo es posible afrontar desafíos completamente nuevos y desconocidos con una rapidez asombrosa..."
Lograr los cambios tiene mucha relación con el ejercicio del poder, con la visión y pasión de las personas, en todos los ámbitos, contextos y niveles. La pasión es quizás algo muy importante para el cambio. Que la llama de  la pasión no muera es clave para no caer en la conformidad y el conservadurismo, que a veces nos condena a la desigualdad, la obsolescencia y la mediocridad. La visión es aún más relevante. A veces el problema es que no hay visión prospectiva ni perspectiva sino simple retrospectiva, anclados en la nostalgia del pasado la visión es mantenerse igual, sin cambios, aunque el mundo indique que si no se cambia se acaba todo. Pero aunque se tengan visión y pasión, sin poder es imposible que los cambios se logren, sobre todo en contextos conservadores.

Muchos consideran que es bueno esperar y que los cambios se darán posteriormente, que no hay que forzar las cosas pues al chocar con los poderosos siempre se pierde.  Por eso la pasión y la visión son claves y es algo que los líderes jamás olvidan. Pero el  liderazgo en sí mismo es insuficiente sin el poder y el poder (ya lo dijo Foucault) está en las pequeñas disciplinas, en las prácticas, en eso que llaman la gestión y que a veces se interpreta como repetir recetas, pero es otra cosa muy diferente...

Al final el libro abandona la metáfora de las suricatas y regresa a la teoría administrativa. Resume muchas de las ideas en un cuadro que procura un equilibrio entre los dos modelos clásicos de organizaciones, el modelo del liderazgo, trabajo en equipo, comunicación, debates y acuerdos y el modelo burocrático y rígido.


Siguiendo el cuadro que propone el libro, pienso que la realidad es otra y no es posible ubicarse en un cuadrante sino en el centro. Y más allá, pienso que es clave la conversación, el diálogo, el debate de argumentos y los hechos, las acciones, la demostración de lo que se hace...

En general este libro me resultó un buen pasatiempo y un buen filtro para muchas de mis ideas y acciones diarias, me generó mucha sinergia, drenó mi entropía pues refuerza muchas de mis posturas y me motiva a mantenerme firme en la insistencia por cambios y la convicción de que esos cambios no riñen con el statu quo sino que ayudan resolver problemas derivados de ese statu quo...

Confío en que muy pronto se logre pasar de !Aquí no hacemos las cosas así¡ a ¡Evaluemos y probemos todas las alternativas, ojalá juntos!...

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