El pasado 2 de febrero fue el día de la marmota, una celebración de algunas regiones norteamericanas, incluyendo Canadá, que intenta predecir el fin del invierno y la llegada de la primavera, dependiendo del comportamiento de una marmota.
Sobre esta celebración aprendí en una bonita película del mismo nombre (Groundhog Day), protagonizada por Bill Murray y Andie MacDowell. Dentro de las muchas ideas interesantes de esta película están la rutina y el tedio que ésta genera, en especial para los seres humanos que siempre están buscando, aprendiendo, descubriendo, creando, evolucionando, tal como sabemos hasta ahora que es la vida y el universo.
Curiosamente en redes sociales leí esta cita, atribuida a Victor Hugo:
"Sabe cuál es mi enfermedad? La utopía.
Sabe cuál es la suya? La rutina.
La utopía es el porvenir que se esfuerza en nacer.
La rutina es el pasado que se obstina en seguir".
Las rutinas son importantes y necesarias, nos ayudan a desarrollar hábitos, nos permiten mantener relaciones y tener cierto margen de certidumbre en un universo donde la vida se fundamenta en la evolución, en la búsqueda permanente, el descubrir y el crear...
Los cambios también son necesarios y a veces hay rutinas que congelan, que obstaculizan esos cambios, que generan retroceso al impedir la evolución a la par con el resto del universo.
La utopía nos ayuda a seguir avanzando, sin acabar con las rutinas y con su lado bueno. Se requiere un equilibrio entre ese pasado inmóvil que es la rutina y ese futuro incierto que es la utopía y justo ese equilibrio es el trabajo que debemos hacer en el tiempo presente.
Sobre la rutina recuerdo un par de fragmentos de cien años de soledad:
"..José Arcadio Buendía conversó con Prudencio Aguilar hasta el amanecer. Pocas horas después, estragado par la vigilia, entró al taller de Aureliano y le preguntó: «¿Qué día es hoy?» Aureliano le contestó que era martes. «Eso mismo pensaba yo -dijo José Arcadio Buendía-. Pero de pronto me he dado cuenta de que sigue siendo lunes, como ayer. Mira el cielo, mira las paredes, mira las begonias. También hoy es lunes. » Acostumbrado a sus manías, Aureliano no le hizo caso. Al día siguiente, miércoles, José Arcadio Buendía volvió al taller. «Esto es un desastre -dijo-. Mira el aire, oye el zumbido del sol, igual que ayer y antier. También hoy es lunes.» ... «La máquina del tiempo se ha descompuesto - casi sollozó - y Úrsula y Amaranta tan lejos!»"
"...Viéndolo montar picaportes y desconectar relojes, Fernanda se preguntó si no estaría incurriendo también en el vicio de hacer para deshacer, como el coronel Aureliano Buendía con los pescaditos de oro, Amaranta con los botones y la mortaja, José Arcadio Segundo con los pergaminos y Úrsula con los recuerdos..."
«En el mundo están ocurriendo cosas increíbles -le decía a Úrsula-. Ahí mismo, al otro lado del río, hay toda clase de aparatos mágicos, mientras nosotros seguimos viviendo como los burros.»