SynEntropya es un juego de palabras. Todo es un sistema y se debe pensar el todo como un todo, con su sinergia y su entropía, siempre en la búsqueda de menos entropía y más sinergia...
El servicio de recuerdos de la red social Facebook nos recuerda a diario publicaciones de tiempos pasados, en especial aquellas que tuvieron reacciones del público. Hace unos días me recordó esta cita:
Life can only be understood backwards; but it must be lived forwards’ Søren Kierkegaard (Danish philosopher 1813–1855)
Esta frase me recordó la canción Fábula de los tres hermanos, de Silvio Rodriguez, que tiene este interesante video:
La complejidad de la vida nos obliga a jamás olvidar el pasado, a seguir escudriñando en el pasado para comprender y aprender, a mantener vivo ese pasado, bueno o malo, mientras la vida lo permita, porque después de la vida el tiempo hará lo suyo y nos borrará junto al pasado, como el mar hace con la arena de la playa...
La complejidad de la vida nos obliga a jamás renunciar al futuro, a seguir soñando, planeando, esperando, construyendo, mientras la vida lo permita, porque después de la vida el tiempo hará lo suyo y nos borrará junto al futuro, como el sol y la luna hacen con el día y la noche...
La complejidad de la vida nos obliga a escribir el presente, con el pasado y el futuro en nuestra mente y corazón y con la vida al servicio del tiempo, ese misterioso artilugio de la humanidad para explicar lo que aún no entiende de la vida...
En mi cumpleaños del año 2021 me regalaron el libro El Relojero Ciego, de Richard Dawkins, publicado originalmente en 1986, pero que sigue siendo un libro de lectura y referencia obligada en muchos contextos.
El libro estuvo guardado por un año y aprovechando las vacaciones cumplí el reto de leerlo. Fue difícil, porque es un libro bastante denso, pero su escritura motiva a leer, entusiasma y ayuda a recordar aprendizajes de otros tiempos, a reforzar creencias y teorías y pensar sobre el pasado, el presente y el futuro. Finalmente, lo clave de un libro es que nos deje preguntas, que nos ponga a pensar, para así aprender y evolucionar.
Precisamente esta última palabra es el tema del libro: la evolución, la teoría de Charles Darwin sobre el origen de las especies y todos los avances y argumentos científicos y filosóficos para pensar que esa es la explicación más acertada para nuestra existencia, la pregunta más difícil ¿De dónde venimos? ¿Cuál es nuestro origen?.
El autor plantea que el mayor de todos los misterios de la humanidad está resuelto desde la obra de Darwin vió la luz, pero que muchas personas lo ignoran o no lo comprenden o no lo aceptan. Y por eso el libro tiene como propósito inspirar, más que informar o persuadir.
A lo largo de once (11) capítulos, el autor muestra cómo se originó la vida y su evolución gradual, por selección natural, hasta la aparición del Homo Sapiens, el ser humano. Aunque hay eslabones perdidos, casi imposibles de demostrar, la teoría ofrece una argumentación que encaja bien y que soporta la idea de que venimos del polvo, de la arcilla, algo muy simple y que por evolución, sin ningún diseño ni fin preestablecido, fuimos creciendo en complejidad a través de miles de millones de años.
La escala de tiempo de la evolución es un elemento fundamental en la teoría: primero porque los seres humanos no podemos concebir escalas muy grandes ni muy pequeñas, máximo escalas en décadas, hasta 100 años, que es el máximo de vida posible. Segundo porque la teoría funciona bien con esas escalas de tiempo de miles de millones de años, un proceso largo y lento.
Otro elemento es la probabilidad y el azar. El autor enfatiza en que la teoría evolutiva no propone que la evolución ocurre por suerte, sino que del amplio espectro de probabilidades de mutaciones genéticas, la naturaleza selecciona aquellas que permiten mantener la vida, reproducirse, fortalecerse y ser cada vez más complejo, tan complejo como el ser humano, que es la cúspide del proceso evolutivo.
El autor niega la existencia de Dios, de ahí el título de Relojero Ciego. Niega que la evolución sea planificada y con un fin último. Esto permite afirmar que en otros planetas similares a la Tierra se podría formar vida de manera similar, solo que se requieren eónes (miles de millones de años) para que esa evolución sea posible.
En una parte del libro plantea la hipótesis de la evolución que sigue, que falta y que solo se verá en miles de millones de años. La hipótesis apunta a que evolucionaremos a ser computadores, Inteligencia Artificial, como en la película de Steven Spielberg.
Yo discrepo del autor en los argumentos sobre Dios, pero coincido en que la teoría aporta una explicación valiosa a ese misterio de nuestra existencia. Un misterio que solo fue posible con un Dios que obró sobre el planeta para hacer posible la vida, de lo contrario, por mucha argumentación que se tenga, seríamos una mera casualidad...
Pienso que no sabemos nada del pasado ni del futuro, es solo teoría que intenta explicar lo que desconocemos y que lo consigue de manera convincente. Hay varios hechos, evidencia fósil, teoría física, química y biológica y toda una argumentación que permiten confiar en la evolución como una explicación sólida al misterio de nuestra existencia. Pero sigue siendo teoría, casi imposible de demostrar por las escalas de tiempo. A lo mejor en mil millones de años la humanidad mute a otra cosa diferente y quede demostrada la teoría, pero, por ahora, es teoría...
Vi en un curso que es más lo que "no sabemos que no sabemos" que lo que "sabemos" y lo que "sabemos que no sabemos". La teoría evolutiva cabe dentro de lo que "sabemos" y lo que "sabemos que no sabemos", pero el resto sigue siendo un misterio y en ese misterio cabe Dios...
Gracias a mi amigo Eduard Gilberto Puerto Cuadros por regalarme este libro. Seguramente estará en desacuerdo conmigo, pero de eso se trata nuestro trabajo... Ojalá sigamos debatiendo científicamente sobre tantos misterios de nuestra vida y sigamos trabajando por cambiar el mundo desde nuestro pequeño micro-contexto...
Me compré como regalo de Navidad el último libro de Alejandro Gaviria, actual Ministro de Educación en Colombia. Ya había leído otro par de libros de él y agregué este otro a la lista.
Como todos los libros que selecciono, abundan los nombres de personas, las referencias a otros libros, los hechos, las citas... El libro escudriña un poco en la vida de Stefan Zweig, un escritor austriaco que migró a Suramérica huyendo del holocausto, en los tiempos de Hitler. El destino hizo que este escritor se cruzara con Germán Arciniegas, un escritor colombiano, quien también fue Ministro de Educación.
Cansando y sin esperanza, Stefan Zweig se suicidó junto a su esposa. Aunque el libro no se centra en el tema del suicidio, si gira en torno a los hechos, pensamientos y sentimientos que llevaron a ese trágico final.
El libro cita a un artista, ilustrador, amigo de Zweig, quien no migró y resistió en Europa y sobrevivió. Se llama Frans Masereel y allí citan algunas obras interesantes, entre ellas: un grabado de 1941, parte de una obra titulada Danse Macabre y un libro llamado L'idee (The Idea) de 1932, del cual hay un video en Youtube:
Danse Macabre, Frans Masereel 1941
"Los hombres viven y mueren por una idea, pero la idea es inmortal. Podemos procesarlo, juzgarlo, podemos prohibirlo, podemos condenarlo a muerte. Pero la idea sigue viva en la mente de los hombres. Está en todas partes donde la miseria y la lucha coexisten. Surge a veces aquí, a veces allá, sigue su camino a través de los siglos. La injusticia tiembla ante ella. A los oprimidos les señala el camino hacia un futuro mejor Aquel en quien penetra ya no se siente aislado. Porque por encima de todo está la idea."
Tenía largo rato de no leerme un libro en un sólo día, sin más pausas que las de cocinar y comer. Los hechos, pensamientos y sentimientos que me acompañan por estos días no me permiten escribir mucho más sobre este libro. Solo me limito a citar algunos fragmentos que puse en mis redes sociales:
"...El olvido es el destino de casi todos los seres humanos. Con el paso del tiempo, si acaso sobreviven en la memoria colectiva algunos rumores de sus obras, vidas o desastres..." Alejandro Gaviria.
"...Aún si nos equivocamos y trabajamos en favor de una quimera, al menos habremos vivido para la ilusión más noble que anima la faz de la Tierra..." Stefan Zweig
Un par de estudiantes de pregrado, el día que sustentaban su trabajo de grado (19/04/2022), me regalaron el libro El Futuro de la Humanidad de Michio Kaku, un Físico, Profesor y Divulgador Científico muy reconocido. Michio Kaku, dice Wikipedia, fue apadrinado por el premio Nobel Edward Teller, quien es el padre de Eric "Astro" Teller, uno de los pioneros de la innovación disruptiva en Google. Además de este libro hay muchos otros, siendo el más reciente La Ecuación de Dios.
Michio es uno de los pioneros de la Teoría de Cuerdas, una teoría física y matemática revolucionaria, que pretende unificar las grandes teorías de la física: la teoría de la relatividad, la teoría cuántica y la teoría clásica de la gravedad de Newton.
El libro es bastante denso, pero apasionante. Michio Kaku es un gran divulgador científico, logra motivar hacia la ciencia. En lugar de memorizar, ayuda a comprender, en lugar de repetir ayuda a imaginar, a crear...
El libro se divide en cuatro partes: Primero una introducción, donde explica los peligros del planeta tierra y la humanidad y la necesidad de prepararnos para perdurar en el futuro y no extinguirnos, que es la norma. Segundo "Salir de la Tierra" donde habla sobre las complejidades del planeta y el Universo, el sol, la luna, los dos planetas cercanos y rocosos, Marte y Venus y los planetas gigantes, lejanos y gaseosos.
La tercera parte se enfoca en salir del planeta "Viaje a las estrellas", donde habla sobre la construcción de naves y viajes al espacio, el uso de robots e inteligencia artificial y la posibilidad de vida en otros planetas.
La cuarta parte habla sobre "La vida en el universo" y más allá del universo. Allí regresa a la Inteligencia Artificial para que nos inmortalicemos digitalmente, habla sobre el transhumanismo y sobre viajar más allá de las estrellas, en búsqueda de otras formas de vida o en busca de mantener nuestra especie con vida, porque tarde o temprano el planeta y el sol tendrán que morir.
De la lectura de este texto me gustaría dejar aquí cinco ideas:
1) Debemos recordar en todo momento nuestra ignorancia y nuestra debilidad como especie: es muy poco lo que sabemos y muy poco lo que hemos logrado. Pero al mismo tiempo, esto nos ha permitido avanzar de forma maravillosa como especie en el planeta y el universo. Y esto nos representa grandes desafíos en el futuro. Aunque parecen ciencia ficción, son desafíos científicos y tecnológicos el avance de la inteligencia artificial, el conocimiento total del cerebro, la manipulación genética y biológica, los viajes al espacio y la búsqueda o fundación de vida fuera del planeta Tierra.
2) El planeta, la especie humana y la sociedad tienen desafíos locales y de corto plazo como la desigualdad, el hambre, las enfermedades clásicas, entre otras. Todo esto se puede resolver rápidamente y fácilmente. No se depende de la ciencia ni de la tecnología, porque ya existe casi todo lo necesario. Se depende de la política y la cultura. De la mano con el numeral anterior, debemos aceptar con humildad nuestra ignorancia y apropiar y usar de la mejor manera la ciencia y la tecnología existentes. Es una forma de suicidio y asesinato moral el seguir insistiendo en las mismas prácticas del pasado, mientras la ciencia y la tecnología sigue avanzando exponencialmente.
3) Considerando los numerales 1) y 2) conviene enfatizar que los dueños del planeta son los grandes billonarios del mundo, los fundadores y dueños de las grandes empresas de Silicon Valley. Si bien estas personas respetan y ayudan a soportar el sistema político, social y económico, han preferido no intervenir en la debacle del planeta, la especie y la sociedad. Y están dedicados a mirar más allá del siguiente siglo y más allá de nuestra galaxia. Tienen tanta riqueza, hay tanta riqueza en el mundo, que alcanza para resolver los problemas elementales y para ir más lejos, para mirar hacia el futuro y construirlo desde ya...
4) Contextualizado a Colombia y al microcontexto en el que vivo, persiste un dilema ético en todo esto. Un dilema que resumo a dos fragmentos de Cien años de Soledad, que me limito a citar a continuación:
«En el mundo están ocurriendo cosas increíbles -le decía a Úrsula-. Ahí mismo, al otro lado del río, hay toda clase de aparatos mágicos, mientras nosotros seguimos viviendo como los burros.»
«Viéndolo montar picaportes y desconectar relojes, Fernanda se preguntó si no estaría incurriendo también en el vicio de hacer para deshacer, como el coronel Aureliano Buendía con los pescaditos de oro, Amaranta con los botones y la mortaja, José Arcadio Segundo con los pergaminos y Úrsula con los recuerdos»
5) De nuevo recordé al idea de humildad cósmica, pues somos simplemente un 𝐔𝐧 𝐏𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐀𝐳𝐮́𝐥, como dijo Carl Sagan:
«...Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él, todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que alguna vez escuchaste, cada ser humano que ha existido, vivió su vida. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, niño esperanzado, inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.
La Tierra es un escenario muy pequeño en la vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que en su gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de una esquina del punto sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse los unos a los otros, cómo de fervientes son sus odios. Nuestras posturas, nuestra importancia imaginaria, la ilusión de que ocupamos una posición privilegiada en el Universo... es desafiada por este punto de luz pálida.
Nuestro planeta es una solitaria mancha en la gran y envolvente penumbra cósmica. En nuestra oscuridad —en toda esta vastedad—, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Asentarnos, aún no. Nos guste o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una formadora de humildad y carácter. Quizás no hay mejor demostración de la soberbia humana que esta imagen distante de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos más amablemente los unos a los otros y de preservar y apreciar el pálido punto azul, el único hogar que hemos conocido...»
Me puse a profundizar sobre el autor del libro, a quien había visto en videos, pero de quien jamás me había detenido a leer en detalle. Encontré varios videos interesantes, aquí uno de ellos:
Gracias a Yindi Paola Pájaro Urquijo y a Juan Fernando Romero Ortega por regalarme este libro que me dejó pensando mucho más... En esta primera semana de vacaciones pagué la deuda de leerlo y de escribir un poco sobre esa lectura...