Terminó el semestre. Algunos estudiantes tenían la oportunidad de la habilitación y no la usaron. Otros no alcanzaron esa oportunidad y reprobaron directo. Y varios aprobaron directo. Algunos deberán repetir asignaturas y otros tienen la fortuna de seguir avanzando en su carrera. Y hay quienes se rindieron a mitad de camino y abandonaron o aplazaron para después...
El modelo triple AAA: Aprender, Aprobar y Alta calificación sigue funcionando. Los estudiantes aprenden. El ejemplo, la libertad, la autonomía y la motivación seguirán siendo la base de ese aprendizaje. Enseñamos con nuestro ejemplo. Si enseñar es mostrar, mostramos a los estudiantes el universo y ellos deciden, son libres y autónomos y en su interior y su exterior hay motivaciones que los impulsan. A veces se apaga la motivación, ese es un problema difícil en educación...
Siguen existiendo (y seguirán) quienes hacen trampa. Y entre ellos están quienes piensan que el profesor no se da cuenta o no les importa quedar en evidencia, que es peor. Aunque hacen trampa, aprenden. Incluso aprenden que está mal lo que hacen y ese aprendizaje los acompañará por siempre. Algunos de esos que hacen trampa llegan a cargos de poder y perpetúan lo peor de todos los tiempos, guiados por el ejemplo, ¡paradojas de la educación!. Pero son muy pocos, la mayoría realmente aprende y cambia.
La trampa es consecuencia de las motivaciones. Hay quienes tienen por motivación mejorar o mantener su estatus social y económico, sin importar lo que deban sacrificar. Sacrifican su aprendizaje, sacrifican su ser y sacrifican a otras personas. Ante el mundo son poderosos y grandes personas, pero sabemos que nuestra condición de mortales no cambiará aunque juguemos a ser dioses y diosas. Así que los tramposos, aunque ganen, pierden, parafraseando al filósofo Marutana (el futbolista).
Ya se escucha el grito desesperado de los salones de clase vacíos. Sin estudiantes, todos los componentes de la infraestructura son simples ruinas, cavernas oscuras que encierran secretos de un pasado perdido. Los estudiantes son el Alma del Alma Mater, todo lo demás es vanidad de vanidades, como dice el Eclesiastés.
¿Y los profesores?... Ya lo dijo Tagore:
"Children run out of the Temple and play in the dust. God watches their games and forget the priest" ( Rabindranath Tagore - A Poet's School)
"Los niños salen corriendo del Templo y juegan en el polvo. Dios observa sus juegos y se olvida del sacerdote"
Para cerrar, en otro de mis blogs publiqué un par de fragmentos de una película mexicana que me gustó mucho, titulada "El último vagón", de la cual dejo aquí una fotografía y de nuevo los fragmentos de video: