miércoles, 12 de julio de 2023

37 años de la muerte de mi papá

El recuerdo de la muerte de mi padre y su ausencia me han acompañado por 37 años. En mis recuerdos más antiguos siempre está el cementerio, las flores, las misas, los responsos... Y a veces esos recuerdos aparecen en sueños extraños y tormentosos. Crecí con eso, crecí asistiendo cada año en julio a la misa en el pueblo. La muerte como pretexto para la vida, porque en esa misa de cada año se daba el reencuentro con la familia en el pueblo.

Pero 37 años es mucho tiempo y el tiempo poco a poco va acabando con todo. Ya fallecieron dos tíos y el nono y la nona a sus 87 años ya no es la misma, aunque en la mente y el alma todos la seguimos viendo como la misma de hace tres décadas. Y nosotros tampoco somos los mismos...

De cualquier manera, este año 37 volví a cumplir la cita anual de visitar la tumba, de ponerle flores, de rezar y orar y  de pensar y repensar.


Por esta fecha y al visitar su tumba siempre recuerdo los manuscritos de mi papá, en especial la Rima LXI de Gustavo Adolfo Bécquer:

Al ver mis horas de fiebre
e insomnio lentas pasar,
a la orilla de mi lecho,
¿quién se sentará?
Cuando la trémula mano
tienda, próximo a expirar,
buscando una mano amiga,
¿quién la estrechará?
Cuando la muerte vidríe
de mis ojos el cristal,
mis párpados aún abiertos,
¿quién los cerrará?
Cuando la campana suene
(si suena, en mi funeral),
una oración al oírla,
¿quién murmurará?
Cuando mis pálidos restos
oprima la tierra ya,
sobre la olvidada fosa,
¿quién vendrá a llorar?
¿Quién, en fin, al otro día,
cuando el sol vuelva a brillar,
de que pasé por el mundo,
¿quién se acordará?

Igual que el año pasado y que  los últimos siete años, hoy tengo revuelta el alma y la mente, pero sigo aquí y ojalá pueda seguir aquí y ojalá en un año siga aquí, en mejores condiciones que hoy...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Libertad de expresión pero con identificación. Díme quién éres y comenta este blog...