5 p.m. vine por un café a la panadería. Hoy estás trabajando. Ésta mañana hice la misma rutina de comprar frutas, visitar la casa vieja, cocinar almuerzo y acostarme en la cama a oír música, pensar y dormir un rato...
Mientras tomo el café pienso en cuáles serán tus temores y en mi temor de que te alejes... Se que han sido pocos días y tan sólo estamos intentando comenzar algo, pero ha sido intenso para mí y temo mucho perderte, porque siento que te quiero para toda la vida...
Ojalá pueda verte hoy un rato... No te he escrito toda la tarde, quiero esperar...
Subí a la azotea a oír música y escucho ésta canción que te enviaré después:
Ya es media noche, voy a dormir. Hubiese querido quedarme contigo o que te quedaras aquí... Pero seré paciente... Dormiré alegre porque compartimos casi cuatro horas juntos en tu casa: recibiste las frutas y la medicina, comimos, hablamos y me diste tu amor y te amé, nos amamos... Dios, ayúdame!
Mañana será Domingo y quisiera pasar contigo un rato. Tengo una idea, ojalá se pueda... Y si no, seré paciente...
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