Son las 2 y 30 de la tarde. Mañana será el día bisiesto, un día que sólo existe cada 4 años, de esos intentos particulares de la humanidad.
Esta mañana tuve reunión de trabajo, un trabajo que ya no me motiva y del que me gustaría irme, pero no es el momento económico para hacerlo, a menos que surgiera algún milagro que sigo esperando.
En mi vida personal todo es un caos y no estoy bien, aunque el diagnóstico sea que lo estoy, por ser consciente de lo que siento, lo que pasa y lo que debo y no debo hacer.
Tengo ansiedad por resolver mi futuro sentimental, pese a no ser el momento apropiado. Esta ansiedad es consecuencia de la ilusión que tengo y las posibilidades que hay de hacer realidad esa ilusión. Solo te pido poder seguir teniendo tu compañía de vez en cuando. Y te prometo intentar cada día alejarme, aunque quiera estar cerca y permitir que el tiempo, las casualidades y tú nos junten.
Tengo depresión por tanto pasado, tantos años, tanto amor, tanto dar sin recibir, tanta frustración y la imposibilidad de regresar el tiempo y recuperar la vida. Depresión por sentirme el culpable, aunque no lo sea, una culpa que se me impone injustamente y contra lo cual no he sabido luchar
Tengo estrés por la realidad diaria del trabajo, dónde nada cambia, una institución muerta en vida, anclada. Y eso se junta con la ansiedad y la depresión, la frustración y por el afán de ejecutar pronto mis planes y tener más tranquilidad.
Tu compañía, tu mirada, tu sonrisa, tus palabras, tus abrazos, tus besos, el aroma de tu cuerpo, tu entera eres lo único lindo que tengo, aunque no lo tengo. Y te sigo dando gracias y te sigo añorando y esperando.
Junto a ti desaparecen mis miedos, mi tristeza, mis afanes, desaparece el mundo entero a tu lado y vuelvo nacer. Junto a ti veo que la vida es posible a largo plazo, que tengo otra oportunidad, que no paso por un castigo eterno, que puedo construir junto a ti algo lindo y duradero.
Aunque se que ese nosotros, ese juntos, ese los dos no es posible ahora, se que hay una pequeñita posibilidad y por eso te pido disculpas y me alejo un poco y no insisto, aunque no es lo que quiera hacer ...
Debo ser fuerte y seguir adelante y dejar todo en manos de Dios, la vida, el tiempo...
De nuevo, como dicen varias canciones y poemas: te esperaré... espérame... quédate conmigo...
... Tal vez vuelva a escribir más tarde...
Son casi las 10 de la noche. Pude escribirte y decirte muchas cosas... Hay tanto por decir... Y hablaste conmigo largo rato... Me hubiese gustado verte personalmente, pero chatear ya me ayuda y me alegra muchísimo...
Espero dormir mejor hoy y que el mañana bisiesto sea un punto de transformaciones maravillosas que nos conduzcan a la felicidad...
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