Es sábado. Aunque realmente no dormí a plenitud, creo que dormí mejor aquí en esta mi nueva casa, mi nuevo apartamento. Me dieron las 9 a.m. en la cama y cuando fui a preparar desayuno me di cuenta que ayer no traje la bolsa de los alimentos, ni siquiera el café.
Tuve que salir a buscar algo de desayuno afuera y después pasé a seguir organizando la vieja casa y trasteando lo pendiente.
Antes de almuerzo dejé casi todo lo de la cocina organizado: hay muchas cosas que jamás se usan, así que sólo empaqué lo esencial para llevar.
Mientras almorzaba me llamaron unos amigos s invitarme a un cumpleaños de otro amigo y exalumno que no veo hace muchísimos años y acepté. Misa de.6 p.m. y después un compartir.
Ya son las 3 a.m. y acabo de llegar, estuvimos hablando y bebiendo aguardiente. No me embriagué y pude hablar de mi situación sin llorar, con tranquilidad y seguridad de mis decisiones actuales.
Mis amigos son muy devotos y religiosos y agradezco esta velada juntos. Y aunque creo en Dios, debo seguir adelante con esta decisión y proceso de transformación de mi vida. Confío en que Dios me siga guiando y el tiempo dirá.
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