Escribo mientras almuerzo, justo después de que pasaste y te ví y me saludaste... Gracias a Dios porque te pude ver...
Esta mañana logré levantarme a correr, aunque me había despertado a las 2 y 30 de la mañana y luego a las 4 y 30. Me exigí más y dí más. Voy a hacerlo cada mes, tratar de subir la rutina, hasta que el cuerpo aguante...
Hice clase de 8 a 9 y 15, con estudiantes de primer semestre. Me enfoqué en quienes pidiendo ayuda, sobre todo una niña que casi llora diciendo que no había sido capaz de hacer el reto y que era para hoy... Hoy debería tener un hija de su edad, 17 años, en la Universidad...
Fui a un conversatorio que me invitaron en otra Universidad y regresé a almorzar donde siempre. Confiaba en no almorzar sólo, pero me tocó sólo. Por fortuna pasaste y te ví y me alegré un poquito, aunque justo ahora estoy mal, quiero llorar y salir corriendo...
En fin, quiero seguir confiando en Dios e intentar salir adelante de este hueco profundo... Tú lograste ayudarme a escalar un poco ese hueco, pero después del domingo y de ayer siento que me estoy hundiendo de nuevo. Y lo peor es que quiero hundirme...
No pensaba ir a trabajar en la tarde, pero no puedo soportar la soledad en mi casa. De manera que iré a tratar de avanzar, al menos veo gente de paso...
08:22
En la tarde fui al trabajo, pero no hice nada. Me tomé un café y compartí un rato con unos amigos. Acabo de comer algo y vine a beber un par de cervezas en mi lugar seguro. Ya bebí la primera y pediré la segunda. Aunque creo que me iré temprano, para madrugar a correr y luego a enfrentar de nuevo a mi espejismo del pasado, para cerrar el ciclo de manera definitiva...
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