Desperté a las 2 y 20 de la madrugada y luego a las 4 y 20 y después a las 5 y 20... Aunque quería y sentía la necesidad de correr, decidí quedarme a descansar, porque he sentido el cansancio acumulado. Y desperté a las 8 y 20...
Voy a bañarme, a desayunar e iré a la rutina de barrer la casa en que viví por 7 años y regar las plantas. Luego debo conseguir fruta para ésta semana que viene y finalmente buscar almuerzo y ver pasar el día, hasta que llegue la noche para ir a la iglesia a la Vigilia Pascual y ceremonia de resurrección...
Hoy me siento mejor, pero sigo extrañando tu compañía, porque alegras mi vida, porque eres especial para mí... Pero trataré de hoy no escribirte (promesa siempre incumplida)...
Ya son 90 días del año, 90 días escribiendo aquí a diario y ya son más de 130 días caminando sólo y tratando de volver a vivir y de darle rumbo a mi vida.
Dios: sigo dejando todo en tus manos y confío en que lograré mejorar y ser feliz y también podrán lograrlo quienes me rodean y están ligados a mí...
11 a.m.
No había hojarasca en la casa, estaba limpia, no salió mucho mugre ésta semana. Barrí y regué las las plantas y lavé el piso con abundante agua. Siempre siento tristeza al ir a la casa, la tristeza de tantos años y tanto empeño y tanto insistir... La tristeza de quedar sólo y vacío, tal como lo advirtió el psiquiatra hace 5 años cuando me dijo "lo que haces es heróico, pero te vas a mamar, pero si lo sientes, debes hacerlo, aunque no vas a terminar bien". En la vida tomamos decisiones y sólo el tiempo nos salva o nos condena...
Por fortuna alguien ha logrado evitar que me hunda más y ojalá siga estando cerquita de mí...
Me senté en la tienda, como de costumbre. Pero bebí Gatorade y no cerveza. Espero lograr ese propósito de abandonar el licor, salvo si estoy compartiendo un ratito contigo, que sé muy bien no será algo seguido, sino muy esporádico, si es que sucede...
Anhelo un mensaje tuyo, ese simple "Hola"... Pero hoy debo ser capaz de sobrevivir...
11:34 p.m.
Acabo de llegar de la iglesia, de la Vigilia Pascual. Escribo antes de ir a dormir, después de hablar contigo un ratito...
A mediodía te escribí antes de ir a almorzar y me respondiste. Luego me informaste al regresar a tu casa y al salir a la iglesia...
Hoy estuve trabajando en la tarde, después de almuerzo, en un documento del trabajo y luego fui a la iglesia, desde las 8p.m. hasta las 11 p.m.
Sigo dejando todo en manos de Dios y confío en que todo va a mejorar en mi vida...
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